jueves, 19 de noviembre de 2009

En Turquía hay unos 400 barcos abandonados, la crisis ha roto el equilibrio del sector

Fuente: El Faro

El coordinador de UGT en España de la Federación Internacional de Transporte, José Manuel Ortega estuvo ayer en Ceuta para informar a la tripulación del Rhone de la inexistencia de soluciones provenientes de Turquía y del propósito del sindicato de guiarlos en el proceso de repatriación. Ortega ve una solución complicada ante las empresas turcas que van desapareciendo y considera que la Autoridad Portuaria debería tomar alguna medida para exigir una tripulación mínima al actual propietario.

–¿Le ha podido transmitir a los tripulantes alguna buena noticia desde Turquía?
–El armador de registro no ha dado ninguna respuesta. Al menos parece que se le ha reblandecido el corazón después de dos meses y ha enviado 1.000 euros a un provisionista ceutí para abastecer a los marineros.
–¿Cómo los ha encontrado?
–Estresados. Había dos grupos a bordo con muchas desaveniencias. Los cuatro expedicionarios que se han ido durmieron el lunes en Cruz Blanca. Pero así es mejor, es más fácil trabajar con un grupo en vez de con dos.
–Ayer dijo que la Federación Internacional de Transporte no va a esperar más para buscar vías alternativas a la negociación.
–Sí, estamos esperando a recoger los poderes notariales tanto de los 10 marineros que quedan aquí como los del capitán y de los otros tres tripulantes que se han ido hoy (por ayer) y que ya la han dejado para plantear una denuncia en los juzgados de aquí. Igualmente contactaremos con la embajada turca para que repatrie por ella misma al resto mediante el Convenio 166 OIT entre España y Turquía y si no dirigiremos nosotros el proceso.
–El armador, Ortak Denizilik, desapareció en cuanto se empezó a complicar la historia del ‘Rhone’. ¿No se le puede exigir ningún tipo de responsabilidad?
-Al principio nos llegó una propuesta del operador. Daban un mes de salario y pedían que el barco continuara su camino hasta Turquía. Pero había una parada técnica al barco decretada por Capitanía Marítima que fue completamente acertada, como después confirmó una revisión de una compañía clasificadora mandada por el propietario, y el Rhone no podía continuar. Si la administración quisiera podría abrir un expediente sancionador con una multa enorme, eso no ayudaría a resolver la situación y lo máximo que se puede hacer es embargar el buque y tomar dinero de su venta como chatarra.
–¿Y el banco que es el actual propietario va a aparecer o también abandonará al barco?
–No podría hacer una predicción. Me equivocaría. El banco no es una naviera. Va a hacer sus números y si salen rojos va a olvidarse del barco.
–¿El Rhone es un caso particular o es normal este tipo de prácticas?
–Hace poco tuve contacto con una periodista del Periódico de Cataluña que venía de hacer un reportaje sobre este tipo de problemas en el Mar Mármara, a la entrada de Turquía. Allí hay más de 400 barcos abandonados o con tripulaciones mínimas. La crisis ha cogido en pelota a muchas compañías, normalmente se funciona en este sector manteniendo un equilibrio inestable adquiriendo contratos de fletes que van salvando créditos. Ese equilibrio se desmorona en cuanto hay un factor externo como la crisis. El propietario del Rhone, el Yupi Kredit Financial, ha hecho muchas operaciones de lissing en las que ellos ponen el crédito y otra empresa funciona de armador y se han encontrado en situaciones similares con muchos barcos.
–¿Cuál será la solución entonces?
–La única solución es trasladar la carga, como ya dijo Capitanía Marítima. El problema es que no hay depósitos aquí, y tendría que venir otro barco. La Autoridad Portuaria tendría, cuando el barco sea abandonado, que tomar alguna medida porque la carga es contaminante y un peligro para el puerto. Habría que pedir al menos una tripulación mínima con unos cinco marineros que podrían manejar el buque en un trasvase.

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