domingo, 11 de octubre de 2009

Un tercio de la flota atunera del Estado ha dejado el Índico

Fuente: Deia

Bermeo. El espectacular incremento registrado en la estadística de ataques perpetrados por piratas somalíes en aguas occidentales del océano Índico ha provocado que un tercio de los buques de la flota atunero-congeladora adscrita a empresas españolas haya abandonado este caladero durante los dos últimos años. Según datos de la Comisión del Atún del Océano Índico (IOTC), hasta enero del año pasado, un total de 33 embarcaciones del Estado faenaron en el Índico a la pesca de túnidos con red de cerco. Apenas dos años más tarde, un tercio de estos pesqueros faenan en otros mares y zonas del globo. A este respecto, recordar que el ataque y secuestro del pesquero bermeano Playa de Bakio se produjo en abril de 2008. Años antes, en el 2000, tuvo lugar el secuestro del atunero Albacora IV.

La actividad pirata en el Índico occidental y Golfo de Adén se está convirtiendo en una actividad lucrativa que propicia que se haya registrado un incremento espectacular en las estadísticas de ataques perpetrados contra todo tipo de barcos que navegan en aquellas aguas, bien sean mercantes, buques de recreo o embarcaciones pesqueras. Incluso los piratas se han atrevido a atacar un buque de abastecimiento de la Armada francesa. Entre los secuestros estrella cabe recordar el del buque ucraniano Faina cargado con tanques y material militar y el del buque petrolero saudí Sirius Star, con cerca de dos millones de barriles de petróleo en sus bodegas.

Según datos de la Oficina Marítima Internacional, a lo largo de 2008 se registraron 111 ataques en el Golfo de Adén y zona occidental del océano Índico. En 42 ocasiones los piratas consiguieron capturar las embarcaciones atacadas. Los datos son escalofriantes. Y es que la cifra de ataques correspondiente a 2008 triplica la de buques apresados en 2007 al tiempo que cuadruplica a la de embarcaciones capturadas en 2006. Se estima que los piratas habrían obtenido más de 30 millones de dólares en rescates.

La situación de absoluta inseguridad que acompaña a los buques atuneros que faenan en el Índico ha llevado a las empresas a optar por trasladar varios de sus pesqueros hacia otras zonas. De entre las once embarcaciones que han abandonado el Índico en los dos últimos años, el Intertuna IV y el Albatun III han pasado a desarrollar su actividad pesquera en aguas internacionales ubicadas en el océano Pacífico.

No obstante, la mayoría de embarcaciones que ha abandonado el Índico lo ha hecho para desplazarse al Atlántico y faenar en el Golfo de Guinea y aguas adyacentes. Es en esta zona donde inicialmente comenzó a faenar la flota atunero-congeladora vasca a finales de la década de los sesenta. Posteriormente, en la década de los ochenta, las empresas comenzaron a desplazar algunos de sus pesqueros hacia el océano Índico ante las buenas expectativas de pesca de túnido que presentaba y los síntomas de agotamiento que evidenciaba el caladero atlántico.

La relación de buques desplazada al océano Atlántico está liderada por el Playa de Bakio, embarcación que permaneció secuestrada en Somalia por espacio de seis días en abril de 2008. Otro barco de la misma empresa, el Juan Ramón Egaña, también ha cambiado las aguas del Índico por las del Atlántico. La relación de buques que han completado la ruta hacia el Oeste atravesando el cabo de Buena Esperanza, en el vértice meridional del continente africano, se completa con el Albacora Quince, Almadraba Dos, Doniene, Mar de Sergio, Txori Berri, Txori Urdin y Zuberoa.

En muchos casos se trata de embarcaciones de gran tonelaje pensadas para faenar en el océano Índico. Sin embargo, la situación de inseguridad e indefensión que vive la flota en esas aguas ha provocado el cambio de caladero de estos pesqueros. A los once atuneros mencionados hay que añadir otro grupo de pesqueros franceses que también se ha desplazado al Atlántico.

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