domingo, 11 de octubre de 2009

Piden conservar y remozar La Casa del Marino

Fuente: Noroeste

Piden conservar y remozar La Casa del Marino
Ing. Mec. Naval Julio A. Ruiz Ramírez
08-10-2009


Sr. Director Editorial

Agradeceré a usted publicar en su prestigiado diario el siguiente artículo como contestación a la nota publicada en la columna Bitácora Urbana del día 4 de octubre de 2009, referente a La Casa del Marino.

Por su atención le doy las gracias.

Arquitecto Mario Hernández Contreras: su comentario respecto a La Casa del Marino, sumada a la opinión del porque debe demolerse, conlleva un criterio de fondo no expresado en este, aún así le explicaré en el mismo tenor mi opinión al respecto y la función del Patronato Pro Rescate de La Casa del Marino de Mazatlán.

Si el propósito es derrumbar La Casa del Marino, el cambio sería radical en la fisonomía de la zona, de eso no hay duda, aunque después del hecho solo queden lamentaciones, como las que se escuchan de personas al referirse, por ejemplo, a la original Escuela Morelos o al no menos emblemático Banco Occidental, situado en las calles constitución y Belisario Domínguez, que a mi juicio, fue un error haber destruido esa joya arquitectónica del puerto.

No comparto su opinión arquitecto, ni deseo creer que pretenda influenciar a la población que se trata solo de tumbar edificios viejos y construir otros modernos, solo para justificar un proyecto o algún salario.

Mi intención no es defender el estilo arquitectónico que tenga este edificio, porque no sé que opinar al respecto. Lo que sí apoyaré es que se respete su edificación y se le dé el uso para el cual fue construido: ofrecer alojamiento a los marinos del puerto y en tránsito, sin importar nacionalidad, raza, color o género y dar refugio a la población en tiempo de desastre. Que por supuesto, no deseo la presencia de un ciclón para demostrar su utilidad.

No apruebo que por un juicio de moda, con dudosa intención se pretenda echar abajo un edificio que ha demostrado su utilidad.

La Casa del Marino es propiedad federal, de la Secretaria de Comunicaciones y Transporte y hará una friolera de años, en diciembre de 1997, un grupo de marinos mexicanos nos responsabilizamos para rescatarla del abandono. En ese entonces echamos a la calle moradores malvivientes, sacamos basura acumulada de muchos tiempos y limpiamos y remozamos el inmueble. Casualmente, nadie se opuso, nadie nos llamó, nadie nos pagó y la S.C.T. solo continuó con su glamour encogido. Fue en la época que querían demolerla para levantar un hotel spa o hacer un área verde que permitiera la vista despejada al mar

Desde entonces hemos insistiendo en su rehabilitación y detenido su deterioro con mano de obra nuestra, con aportaciones económicas y en especie nuestras y con donativos de personas que solicitan un salón de la casa para realizar un festejo. En todas las donaciones se extiende un recibo y a su vez éste queda registrado ese dinero ayuda para dar mantenimiento al edificio.

Como usted bien lo escribe, somos pobres al pensar en rescatar nuestros valores. Tiene que venir una autoridad marina de otro País para ofertarnos la total remoción del edificio, de autorizarnos contratación de personal, pagar sus sueldos, renovar la cocina para dar servicio de restaurante, hasta de poner un transporte con chofer que lleve y traiga marinos desde el muelle a esta área, todo con tal de dar asistencia y protección a los marinos con necesidades físicas, sicológicas y legales que lo soliciten. No terminamos de entender, ¿porqué derrumbarla?

Sin afán de molestar, debo decirle arquitecto que, en todos los campos, nuestra trinchera tiene más antigüedad que la de ustedes, aún así le reconozco la buena intención que tienen para con la ciudad y nuestra sociedad. Bueno sería, sobre todo loable, unir nuestros esfuerzos y conocimientos técnicos y jurídicos para darle un edificio, una Casa del Marino, digna a Mazatlán. Seguro compartirá mi criterio de que una casa remozada y en servicio le dará más vida, dinero y una buena vista a este punto de nuestro puerto.

Ing. Mec. Naval Julio A. Ruiz Ramírez.
2° Vocal Patronato Pro rescate de la Casa del Marino de Mazatlán

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Bitácora Urbana
Casa del Marino
Arquitecto Mario Hernández Contreras
04-10-2009


Muchos se ha hablado acerca de la Casa del Marino, ubicada en el Paseo Claussen de esta ciudad, por lo que creo que es necesario insistir en el asunto, puesto que tal parece que dándole largas no pasa nada y todo el mundo contento.

Esta casa se edificó bajo el concepto de ofrecer un albergue a los marinos que arriban al puerto, tener un lugar donde alojarse con servicios y comida por el tiempo que permanecerá en tierra, muy loable idea, y como siempre algún político o influyente personaje se le ocurrió que el mejor lugar para hacerlo fue el lugar donde se encuentra ahora.

Si en la actualidad vemos como hay obras o monumentos que tratan de edificar en lugares que sólo son convenientes a sus fines políticos, sin importar las consecuencias urbanas ni el uso adecuado del suelo, imaginemos como fue en aquella época, que nadie se atrevía a opinar lo contrario.

En fin, se hizo y nunca funcionó como tal, se quedo ahí viendo como pasaba el tiempo, con el deterioro propio de las cosas abandonadas.

Hasta que de pronto, un grupo de viejos marinos decidió que les pertenecía y podían hacer uso de ella para sus fines particulares

Y vienen las interrogantes, ¿que el inmueble no es propiedad federal?, ¿cuándo, que el pueblo se enterara les dieron posesión del lugar?, ¿se usa para fines altruistas o fiestecitas?, inclusive se dice que es negocio de alguna persona, en alguna época se celebran ahí las fiestas de Año Nuevo exclusivas para jóvenes, que al fin se prohibieron por los excesos ahí cometidos.

Si lo que pretenden es que funcione como fue concebida, cuál sería el ambiente que se crearía con la presencia de los marinos ahí, estaría a gusto fuera de la zona marítima, no es probable, entonces, por qué no se utiliza un edificio, de los que hay muchos en el área del puerto, y no uno tan fuera de ahí.
Estas consideraciones vienen a cuento por la postura que tenemos como profesionales de Arquitectura y Desarrollo Urbano ante esta absurda situación.
En principio, el edificio no tienen ningún valor arquitectónico, ni estilo alguno, ni detalles que lo haga particular, fue producto de algún constructor o ingeniero de la época que no se esforzó demasiado obteniendo ese pobre resultado. Es ocioso tratar de justificar un valor arquitectónico que es muy pobre y no demuestra más que la falta de conocimiento en la materia.

Pero, aún concediendo que tenga un valor sentimental para un reducido grupo de personas, hay una realidad evidente que no se puede ignorar.

El estado físico, por su cercanía con el mar y el posible nulo mantenimiento por mucho tiempo, han dado por resultado que el edificio tenga cáncer (en sentido figurado para mejor compresión), es decir todo el esfuerzo metálico está completamente oxidado, no sólo ha perdido sus cualidades, sino que en partes ni existe, porque no se ha caído, pues por las nobles cualidades del concreto, y por la suerte, a pesar de que estamos en una zona sísmica no se sienten los temblores, si así fuera, hace mucho que estaría en el suelo, siempre existe la posibilidad de que suceda un fenómeno, quien ha visto documentales sobre el tema está consiente del riesgo.

No se necesita ser técnico experto para verlo, a simple vista se observa el deterioro imparable, quien se pare enfrente podrá darse cuenta de todas las señales que van apareciendo día a día.
Esto no tiene arreglo, pensar que se puede rehabilitar, es ocioso, de ser así tendría un costo fuera de orden, que sólo sería un remedio temporal.

Hay que ser objetivos, sólo precede la demolición. Por qué insistimos en esto.

Se habla mucho de heroísmo y de valores patrios de los que estamos orgullosos, y aquí en toda la historia de Mazatlán sólo se produjo un acto heroico naval, cuando la armada francesa atacó el puerto con la Fragata Cordeliere y se defendió en El Fuerte Venustiano Carranza. Bueno, El Fuerte existe, es importante que se rescate físicamente, que se le dé un uso adecuado, de visita de turistas, jóvenes educados y gente en general.

Es triste saber que hay muchas personas locales que ignoran su existencia, la restauración es importante y necesaria, no es posible que este tapado con un inmueble que no tiene razón de ser, a menos que sea mas importante que un grupo tenga donde hacer sus fiestas o convenciones de ex viciosos.

El lugar pertenece al pueblo de Mazatlán y requiere que se le dé la importancia histórica, que se haga una gran plaza (existen varios proyectos) que tenga un uso social no particular, donde se realicen eventos de la colectividad, que además de mostrar a propios y extraños ese icono histórico cultural, contribuya con un espacio muy necesario del cual se carece actualmente.

Sin duda la fisonomía de la zona cambiaria radicalmente.

Hemos visto en todo el País, cómo las ciudades se preocupan por mejorar y rescatar sus valores, donde quiera que vayamos nos encontramos con acciones que nos asombran, entonces porqué siempre en Mazatlán estamos rezagados, por que esa decidía, demos un vistazo a nosotros mismos y veremos cuan pobres somos en ese aspecto.

Nosotros, los arquitectos, desde nuestra trinchera estamos dispuestos a colaborar y hacer lo que normalmente estamos obligados para con nuestra ciudad y nuestra sociedad, a quien nos debemos.

Ojalá y esta actitud fuera compartida por todos los que se deben al pueblo.

Arquitecto Mario Hernández Contreras
Colegio de Arquitectos del Sur de Sinaloa A.C

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