miércoles, 25 de febrero de 2009

Las dudas asaltan a la «Y» del mar

Fuente: LNE
Alejandro ÁLVAREZ

El proyecto de la autopista del mar que unirá Gijón y la ciudad francesa de Nantes antes de finales de año abrirá una nueva etapa en el puerto de El Musel. La comunidad portuaria, así como Asturias entera se disponen a entrar en un nuevo mapa comercial hasta ahora desconocido en la región. Las excelencias del proyecto ya han sido cantadas por la Autoridad Portuaria, el Principado y el Ayuntamiento de Gijón. Todos ellos estiman que la nueva ruta situará a El Musel entre las redes logísticas más importantes de España.

Pero todo esto es sólo teoría. En la práctica, los tráficos serán los que determinen la viabilidad de la línea, que arranca con una subvención de 30 millones de euros a repartir entre Gijón y Vigo, el otro puerto que conforma la «Y» del mar con Nantes. Y aquí la cosa parece que no está tan clara. Los transportistas, de quienes dependerá el éxito o el fracaso del proyecto, no comparten la euforia que se ha desatado alrededor de la iniciativa. Con la calculadora y el cronómetro en la mano, advierten de que ni el precio, 450 euros, ni el tiempo de viaje, unas catorce horas, hacen competitiva la línea.

El observatorio de costes del transporte de mercancías por carretera que elabora el Ministerio de Fomento establece en 1,016 euros el coste directo del kilómetro recorrido para un camión articulado de los que cubren las rutas internacionales (TIR). De esa cantidad, 0,11 euros corresponden a la amortización del vehículo; 0,025, a la financiación; 0,23, al salario del conductor; 0,05, a la póliza del seguro; 0,01, a impuestos; 0,11, a las dietas del personal; 0,35, al combustible; 0,05, a los neumáticos; 0,01, al mantenimiento, y 0,29, a las reparaciones.

Gijón y Nantes distan entre sí 930 kilómetros, por lo que si se atiende a la tabla de costes del Ministerio, la factura del recorrido por carretera se eleva hasta 944 euros, casi 500 más que el trayecto en barco. Aun así, a pesar del ahorro económico, los transportistas insisten en que continúa siendo más rentable cubrir el trayecto por carretera, sobre todo por cuestiones de tiempo. Afirman que en las catorce horas que tarda el ferry entre El Musel y Nantes se «plantan» en París. Cuando apenas faltan 24 horas para que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y su homólogo francés, Dominique Bussearau, firmen el acuerdo para poner en marcha el proyecto, el debate sobre el futuro de la autopista del mar está servido.

Enrique Riaño, presidente de la Central Empresarial de Servicios Internacionales y Nacionales del Transporte (Cesintra), ha vaticinado ya que la autopista del mar es un proyecto que nace «muerto». Afirma que lo único que pretende es subvencionar el transporte marítimo, que en la actualidad supone el 90 por ciento del total en el mundo, mientras duren los 30 millones de euros. Cuando se termine ese dinero, asegura que la línea desaparecerá. «Para que triunfe la línea quieren obligarnos a los transportistas a convertirnos en marineros, a estas alturas», ironizó Riaño, quien comparó la autopista del mar entre El Musel y Saint Nazarie con viajar en diligencia a Madrid. «Los que conocemos la ruta sabemos que es antinatural lo que pretenden. El puerto de Gijón no es un Interland, por mucho que se empeñen algunos», advirtió.

El proyecto de la autopista del mar está avalado por la Comisión Europea, que parte del principio de que el mar es un medio infrautilizado para el transporte de mercancías y pasajeros, en un momento de grandes problemas de congestión y contaminación en los sistemas terrestres, sobre todo la carretera.

A pesar de que la UE sostiene que las distancias juegan a favor del mar y compensan la velocidad de los barcos frente a los camiones y que la nueva normativa de Bruselas impone en el transporte por carretera unos descansos obligatorios, a los que se une que los camiones no pueden circular por zonas de Francia los fines de semana, una limitación que no existe para el barco, Riaño entiende que no se puede «obligar» ni «extorsionar» a los transportistas para que cojan el barco y hagan rentable una determinada línea.

El presidente de la Asociación de Empresarios del Transporte de Asturias (Asetra), Ovidio de la Roza, por su parte, ha advertido a la Autoridad Portuaria de Gijón de que concebir la autopista del mar como alternativa al tráfico por carretera es «un mal enfoque y un error». De la Roza cree que el puerto de El Musel necesita del transporte por carretera y que, por tanto, la autopista del mar no puede concebirse como un competidor del sector ni interferir, sino que ambos deben convivir y complementarse.

La autopista del mar se ha convertido, junto al tráfico de contenedores, en un servicio fundamental para que El Musel pueda ampliar su área de influencia y competir por la captación de mercancías en Castilla y León, principal punto para captar nuevos tráficos.

El puerto de El Musel y el de Saint Nazarie-Nantes distan entre sí 580 kilómetros. La nueva autopista del mar, que entrará en servicio previsiblemente antes de finalizar este año, será operada por las compañías GLD Lines y CMA-CG. Tendrá una frecuencia de tres viajes a la semana y se espera que el primer año mueva más de un millón de toneladas. El precio del billete será de 450 euros y la duración del viaje de 14 horas.

Viaje por carretera

La distancia por carretera (autovía y autopista de pago) entre Gijón y la ciudad francesa de Nantes es de 930 kilómetros. Realizar ese recorrido en camión supone a los transportistas un desembolso de aproximadamente 944 euros, 500 más que el barco. Aun así, la patronal del transporte considera que las 14 horas de viaje restan competitividad a la línea.

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