domingo, 22 de febrero de 2009

La vocación agrícola empieza a quedar supeditada al desarrollo portuario

Fuente: Ecos de la Costa
Estación Sufragio
Adalberto Carvajal
Como un signo de la transición productiva de la entidad, la vocación agrícola empieza a quedar supeditada al desarrollo portuario. En parte de los terrenos que la Universidad de Colima tiene en Tecomán, municipio que llegó a ser el epicentro económico del estado, se planea construir un puerto seco con el que se incrementaría notablemente la capacidad de maniobra de la carga que entra y sale del país por la terminal de Manzanillo.
En el primer tercio del siglo XX, cuando el reparto agrario alcanzó a las grandes haciendas de la región costera, esos terrenos le fueron entregados a una Escuela Normal Rural en la que se formaron varias generaciones de profesores con claros conocimientos de la producción agropecuaria, no sólo porque la zona rural era donde realizarían su cruzada educativa sino porque al maestro se le veía entonces como un agente de cambio en las poblaciones campesinas.
El enfoque era el correcto pues, hasta ahora, muchos planteles ubicados en los centros de población ejidal cuentan la llamada parcela escolar, aunque los maestros de ahora ya no saben cómo explotar ese recurso.
Por cierto, uno de los profesores que egresaron de ese plantel fue el ingeniero Enrique Alcocer, quien llegó a ser presidente municipal de Tecomán.
Pero los que alumnos que vinieron después de los iniciadores enfrentaron una dura campaña de desprestigio contra la enseñanza pública, remedo de las críticas que la ultraderecha en México siempre dirigió a los maestros rurales por lo que representaban: educación laica y propiedad social de la tierra.
Y la Escuela Normal Rural de Tecomán, en algún momento, cerró sus puertas. Los terrenos, sin embargo, quedaron como patrimonio de la Secretaría de Educación Pública, destinados a tareas formativas.
Sin perder ese carácter, fueron entregadas para su administración a la banca social hasta pero, al fundarse la Escuela de Agronomía, la Universidad de Colima recibió en comodato los cientos de hectáreas.
Siendo rector interino Humberto Silva Ochoa, el presidente Luis Echeverría entregó las escrituras a la Universidad de Colima. Pero la institución no pudo tomar posesión del total de la superficie comprendida en el decreto porque ya muchas familias se habían asentado en torno a la estación del ferrocarril.
El área original también se vio afectado por la construcción en esos predios de la planta de Benefrut. Por eso es que la Universidad formó parte de la sociedad que originalmente echó a andar la para entonces más modernas y mejor equipadas instalaciones en su tipo de América Latina.
La historia de esa beneficiadora de frutas, ya lo sabemos, no fue la que soñaron las autoridades ni los productores, y pasó a formar parte de una la larga serie de proyectos fallidos para el campo.
También en esas hectáreas funcionó durante los años en que Silva Ochoa fue rector el campo experimental del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, durante una etapa en la que las funciones sustantivas de la Universidad que apuntan a la generación del conocimiento, estuvieron muy relacionadas con los esfuerzos del gobierno federal por desarrollar agrotecnologías.
ALTERNATIVA A JALIPA
De acuerdo a los proyectos dados a conocer por la Administradora Portuaria Integral de Manzanillo, el puerto seco de Tecomán se contrapone a la idea impulsada por la API de un patio de contenedores en Jalipa.
Pero si bien no cuentan con el apoyo de la API, en el proyecto del puerto seco en terrenos universitarios confluyen los estudios de visión de la casa de estudios, la Administración de Aduanas y el Gobierno del Estado, tal y como lo señaló el secretario de Fomento Económico, Ignacio Peralta Sánchez.
Para el funcionario estatal, la construcción de un puerto seco en Tecomán es compatible con la visión de desarrollo que se ha venido trabajando desde el gobierno estatal para esa zona, pues desde hace tiempo Tecomán se ha venido vocacionando en materia industrial.
Por supuesto, el elemento adicional para acelerar el arribo de “todas las industrias que se van a instalar en ese lugar”, es el suministro de gas natural, en la medida que ésa sea la ruta que cubra el gasoducto a Guadalajara.
Aparte del valor agregado del combustible, para Nacho Peralta la nueva infraestructura en Tecomán, es lo que “nos va a ayudar mucho a desahogar la carga, todas las operaciones de importación y de exportación, se pueden consolidar, se pueden revisar, se pueden pagar los impuestos en lo que viene siendo el puerto seco y posteriormente hacer el traslado únicamente para lo que viene siendo el embarque al transporte marítimo”.
API venía trabajando desde hace años en un terreno que compró en la zona de Jalipa, en donde pretendían construir un puerto seco, sin embargo, la falta de conectividad ferroviaria fue un factor que complicó el proyecto, de ahí que el caso de Tecomán también sea considerado como un excelente proyecto, apuntó el titular de Sefome.
“Aquí lo importante es que fortalezca la competitividad del sector de logística, en este sentido, definitivamente que si hay una mejoría significativa para los importadores y los exportadores que estén haciendo sus operaciones a través del puerto de Manzanillo”, señaló.

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