martes, 10 de febrero de 2009

El turno del transporte marítimo en la integración europea

Fuente: Nuestromar
Mientras en Brasil son cada vez más los armadores que deciden cambiarle la "nacionalidad" a sus buques, dándoles bandera brasileña para cumplir con la legislación del gigante del Mercosur y poder hacer así una navegación más eficiente, y atender al cabotaje, en la Argentina la ley tiene algunos cerrojos que empujan las cargas a otros puertos. Es más, en la hidrovía, Paraguay cumple un sueño de escaparle a su condición mediterránea, a juzgar por el creciente número de embarcaciones con pabellón de ese país que navegan por el Paraná.

En tanto Europa, adalid de la integración supranacional, camina hacia un área de transporte marítimo sin fronteras. La Comisión Europea adoptó un plan, en enero último, con su correspondiente paquete legal, que apunta a simplificar formalidades y trámites administrativos en el transporte marítimo.

¿Qué se espera con este atisbo de desregulación? Un mejor balance entre los distintos modos de transporte para que brille el más eficaz y eficiente. Ergo, un directo beneficio a la carga y, recorriendo hasta el final cada eslabón logístico, ahorros para las empresas y los consumidores.

En la práctica, la Unión Europea insiste en la homogeneización de los controles y criterios de inspección. Este área marítima común implicará una coordinación sin precedentes de las autoridades aduaneras, fiscales y sanitarias. El resultado final será la simplificación de los trámites que deben cumplir los buques al recalar en puertos comunitarios, lo que disminuiría ostensiblemente los tiempos y redundaría en preciosos ahorros de costos.

Hasta ahora, el transporte terrestre, tanto rodoviario como ferroviario, era el único en gozar la flexibilización comunitaria. El marítimo, en cambio, incluso cuando la ruta era entre dos puertos europeos, sufría aún el peso del rigor burocrático.

Así como el Mercosur se inspira, todavía, en el modelo europeo de integración comercial, es de esperar que, con su lento paso, algún día imite también la integración del transporte.

10/02/09
LA NACION

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