domingo, 1 de febrero de 2009

Crisis del Shipping o crisis de ética

Fuente: Nuestromar

La frase “Mi Palabra es mi Garantía” ¿significa algo?

El negocio naviero (Shipping) es probablemente lo más cercano a un escenario de libro de texto de oferta y demanda. Por esto es obvio que el Shipping va a sentir el resultado de la crisis que se inicó en el sector financiero, pero que ha impactado en toda la economía.

El Shipping, como otras variables económicas, se mueve en ciclos. Entonces, ahora estamos en uno en baja y, tarde o temprano, mejorará. Uno puede estudiar las variables en profundidad e intentar predecir cuánto van a durar los mercados deprimidos y cuándo y cuánto van a mejorar. Pero esta vez hay una diferencia respecto a ciclos anteriores: El comportamiento humano.

Yo he trabajado en Shipping por más de 30 años y visto varios ciclos. Algunos duros y consecuencia de eventos drásticos (crisis de mediados de los 70), algunos prolongados (mediados a fines de los 90). Durante esas crisis, muchos Armadores y Operadores sucumbieron y otros nacieron.

Manejar este tipo de empresas requiere personalidades agudas, un gerenciamiento férreo y, en mi opinión el activo más importante, el conocido dicho “mi palabra es mi garantía”. Un contrato era un contrato de palabra y la papelería podía esperar. “Incumplimiento Contractual” era una frase temida y respetada en tanto que “Fletador de primera clase” era un honor buscado y apreciado.

Las varias crisis mencionadas y el surgimiento de nuevas herramientas financieras causaron que muchas personas altamente capacitadas dejaran el Shipping para ir a los bancos y a otras industrias. Esto causó que una generación completa dejara de entrar en el mundo del Shipping. Quizás algunas tradiciones se opacaron.

La financiación de Shipping también cambió. Las empresas entraron en las bolsas con departamentos financieros altamente sofisticados para tratar las nuevas herramientas financieras. Se hacía dinero comprando, vendiendo y financiando buques (no tengo ningún problema con eso). La operación de los buques se convirtió en una actividad marginal, muchas veces tercerizada con poca o ninguna participación de las empresas madres (quizás no tan bueno).

En los recientes cinco a diez años los mercados financieros se convirtieron en aun más sofisticados y herramientas de comercialización, con instrumentos tales como coberturas de flete (mercados de fletes a futuro), aunque muy útiles para compañías reales tratando fletes y compromisos de flete reales, se convirtieron en una forma de especulación en los mercados financieros. Todo un mundo nuevo.

El Shipping, como parte de la cadena de valor estaba, y está, condenado irrevocablemente a seguir el resto de los mercados en esta recesión (o depresión o el nombre que uno elija para esta situación). Pero la diferencia con bajas anteriores es que actualmente los contratos se están rompiendo unilateralmente.

Grandes fletadores, utilizando su fuerza económica, directamente dejan de cumplir sus contratos y, o bien fuerzan renegociaciones o simplemente negocian con otros sus requisitos, dejando a sus contrapartes en el freezer. Incumplimientos sustanciales se ven en contratos duros, mercados de futuros y “paper trade”. Armadores (y/u Operadores) se ven en el imposible cometido de honrar sus compromisos mientras luchan en las cortes por sus derechos contractuales.

¿Se ha convertido el Shipping en otro ”negocio virtual” desprovisto de ética? Cuando el significado de “Fletador de Primera Clase”, “Incumplimiento Contractual” y “Mi palabra es mi garantía” se convierten en palabras sin sentido, ¿cómo se van a mirar las contrapartes cuando el mercado se “dé vuelta”? Quisiera mantenerme en este negocio donde mi Palabra es mi Garantía, mis Fletadores de Primera Clase sean de primera clase y el término Incumplimiento Contractual sea temido por mis contrapartes como para mí.

¿Se convertirá esto en el próximo negoción para los abogados? Con el mayor de los respetos a los abogados, espero que no.

Por Jan Kok

Publicado en Buenos Aires Herald
Traducción del autor para NUESTROMAR

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