miércoles, 7 de enero de 2009

Salina Cruz parece un puerto fantasma

Dominado por el silencio, el muelle pesquero ofrecía el martes un aspecto fantasmal, perturbado por el ronroneo desafiante del buque petrolero Francisco J. Mújica, fondeado en la dársena con sus 160 metros de largo por 22 de ancho, ante unas 40 decrépitas embarcaciones camaroneras

Alberto López Corresponsal
Fuente: El Universal

SALINA CRUZ, Oax.— Dominado por el silencio, el muelle pesquero ofrecía el martes un aspecto fantasmal, perturbado por el ronroneo desafiante del buque petrolero Francisco J. Mújica, fondeado en la dársena con sus 160 metros de largo por 22 de ancho, ante unas 40 decrépitas embarcaciones camaroneras.
Los gritos de maquinistas, wincheros, cocineros y pescadores que en otros tiempos inundaban las bodegas y superficie de los barcos, están ausentes. Ellos cumplieron seis días de paro en protesta por las alzas en el precio del diesel marino y las voces ahora están en las calles.

Frente al recinto fiscal, en una cervecería llamada El Muelle, algunos viejos pescadores rumiaban sobre su apremiante situación. “Hoy no tengo nada que llevarle a la familia”, decía uno a quien apodan El Cata. Otro, identificado como Marcelo respondía: “A mí, doña Minga me regaló unos pescaditos para la familia”.

Frente a ellos, unos 100 pescadores comenzaban a reunirse convocados por un aparato de sonido para instalar unas enormes mantas que decían: “Vamos contra Pemex. Ya es tiempo de que pague la deuda histórica que tiene con Salina Cruz y el sector pesquero oaxaqueño. Di no al aumento del diesel”.

A un costado, en el sitio conocido como Los Pinos, donde mayoristas comercializan las escamas y crustáceos que aun tienen en existencia, don Antonio Guzmán advertía que “de todas formas, la flota camaronera de Oaxaca estaba condenada a suspender sus operaciones, porque aquí nadie aguanta las alzas en el combustible”.

Se quejan de abandono gubernamental

“¡Es la verdad!”, remachó una y otra vez. Mayorista y dueño del barco Fauna Marina III, confesaba que por el abandono gubernamental hacia la pesca, desde hace tres años vendió dos de los tres barcos que tenía. “Yo espero que con este paro el gobierno voltee sus ojos hacia la pesca de Salina Cruz”.

El abandono gubernamental es la principal queja de los pescadores, tanto de alta mar como ribereños. Denunciaron así que desde el año pasado desapareció del puerto la subdelegación federal de pesca. “¿Pa’ qué diablos se llevaron la oficina a la capital de Oaxaca?”, preguntaba exaltado un miembro de este gremio conocido como El Chino.

Los pescadores ribereños de Salinas del Marqués, agencia de este puerto, también tienen sus propios problemas aunados al incremento en la gasolina. Desde hace 10 años Pemex les prohibió pescar frente a las boyas donde cargan los busques petroleros.

“Mañana (hoy) vamos a esperar la respuesta de Pemex, si mantienen su negativa, ¡nos movilizaremos!”, advirtió el dirigente Joel Gallegos.

En Salinas del Marqués cada uno de los 320 pescadores ribereños exige una indemnización de 2 millones de pesos para dejar de pescar, “donde antes lo hacían nuestros abuelos”. La irritación de los hombres del mar oaxaqueños es grande.

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