Fuente: Levante EMV
Victorià Jiménez, Londres.
corresponsal
¿Merecía la pena el gasto público de 2.768 millones de euros para transformar Valencia en sede de la 32 Copa del América? King Sturge, consultora internacional de infraestructura para operaciones industriales, así lo cree: de acuerdo con el informe sobre tendencias del sector logístico europeo en 2008, el puerto de Valencia no sólo sirvió de marco para las regatas entre los yates Alinghi y Oracle, sino que se ha «convertido en una localización que compite fuertemente en el mercado español de logística» al haber «escalado posiciones a costa de Barcelona».
King Sturge, que describe Valencia como «la tercera ciudad de España, con una extraordinaria situación estratégica en el Mediterráneo», señala que la capital de la Comunitat «ha ganado prominencia en el último año hasta convertirse hoy en una alternativa eficaz y de menor coste que Barcelona y Madrid». La competitividad de Valencia se ha visto consolidada porque «fue la sede de la edición de la Copa del América en 2007. A consecuencia de este evento, inversiones de sumas considerables han sido destinadas a la red de transporte, mejoras de carreteras y ferrocarriles, la expansión del aeropuerto y el incremento de la calidad de las infraestructuras en la zona del puerto marítimo».
La consultora estima que el espacio para infraestructura industrial se acerca a los 2,5 millones de metros cuadrados en el área de Valencia. 76.000 de los cuales se añadieron durante el año pasado. En Barcelona, el dato es de más de 12,7 millones de metros cuadrados, con un crecimiento de 615.000 en 2007. La cifra se aproxima lo suficiente a la oferta inicial de 469.000 metros cuadrados del parque logístico de Riba-roja, a tan sólo 15 quilómetros de la ciudad de Valencia, como para afirmar que el sector barcelonés pierde fuelle mientras «el mercado de logística en Valencia se encuentra en un período de crecimiento».
El equipo de prospecciones de King Sturge, opina que «la escasez de nuevos terrenos para el mercado logístico de Barcelona obliga a construir parques industriales cada vez más alejados». Además, «el desequilibrio entre la demanda y la disponibilidad de terrenos significa que los precios se disparan». En efecto, el alquiler del metro cuadrado cuesta 108 euros al año en Barcelona, el quinto más caro de la Unión Europea por debajo sólo de Londres, Oslo, Helsinki y Dublín, pero por encima de Madrid, que ocupa la décima posición. En Valencia, el precio medio es de 63 euros por metro cuadrado y año, que la sitúa entre los mercados emergentes del este de Europa en cuanto a coste, pero con una infraestructura comparable a la de los sectores punteros en el continente.
Aunque «los inversores actúan con extrema precaución» en el mercado de la propiedad industrial ante la desaceleración económica que afecta a Europa, King Sturge apunta que «los centros industriales tradicionales van a sufrir las consecuencias de la crisi del crédito con más rigor», al tiempo que recuerda que el sector logístico barcelonés fue creado hace 15 años. Con motivo de la Copa de América, sólo el Ayuntamiento de Valencia inyectó 64 millones para mejorar la conexió urbana con la fachada marítima.
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