Fuente: Proa Regional
«Nuestros corazones palpitan con fuertes latidos.
Los derechos de millones se ponen a sus pies.
Una sociedad que marcha necesita justicia verdadera.
Un mundo como éste necesita unión verdadera.
Ignorados durante demasiado tiempo, nos volvimos más fuertes.
A derrumbar las paredes y a correr sobre ellas»
Lo anterior corresponde a parte de la letra de una canción de Chthonic, una banda black metal taiwanesa, cuya gira por Estados Unidos en septiembre del año pasado, coincidió con la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y el primer intento que hace Taiwan por incorporarse al órgano mundial bajo el nombre de «Taiwan», en lugar de «República de China».
Taiwan ha procurado participar en las Naciones Unidas desde 1993, pero ha fracasado por la oposición de China, que mantiene un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y afirma que Taiwan es parte de su territorio, hizo presente, Armando Cheng, director de la división de Prensa de la Oficina Económica y Cultural de Taipei, en una nueva visita a nuestro medio, en el marco de una campaña de sensibilización mundial, cuando se está a menos de dos semanas de un acontecimiento internacional que podría cambiar la vida para 23 millones de habitantes, que hoy están ais-lados del acceso a información relevante sobre materias importantes, así como sensibles para la vida de todo ser humano, como es la salud, por ejemplo.
El 22 de marzo pasado, la República de China celebró sus elecciones presidenciales, elegido fue Ma Ying-jeou como el nuevo presidente de la República de China (Taiwan), quien en parte de su alocución con motivo de la toma de posesión destacó, que Taiwan ha reto-mado los tradicionales valores de la benevolencia, integridad, laboriosidad, honestidad y tolerancia. Gracias a tan extraordinaria experiencia, Taiwan ha sido declarado «Faro de la Democracia de Asia y el Mundo».
El 16 de septiembre próximo sin duda será un día especial para los 23 millones de taiwaneses, así se desprende de las palabras de Armando Cheng, quien se refirió a la posición oficial sobre el ingreso de Taiwán a las Naciones Unidas.
¿Qué ocurrirá el 16 de septiembre en la ONU?
Conforme a las expectativas del pueblo, este año mi gobierno continuará promoviendo su inserción en la ONU, planeando asimismo solicitar a sus aliados diplomáticos que presenten conjuntamente una propuesta titulada «La necesidad de examinar los derechos fundamentales de una participación significativa de los 23 millones de habitantes de la República de China (Taiwán) en las actividades de las agencias especializadas de la ONU».
¿Y qué espera su pueblo que ocurra en esta ocasión?
Esperamos que la propuesta en cuestión, sea incluida como tema suplementario en la agenda provisional del próximo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU a inaugurarse el próximo 16 de septiembre.
¿Por qué, a juicio de ustedes, la ONU debiera aprobar ahora la participación de Taiwán?
Haciendo un poco de historia, recordar en primer lugar que desde 1971, a Taiwán se le ha negado la participación en las conferencias y convenciones así como en los mecanismos y los órganos especializados de la ONU, por lo que se ha convertido en el principal hueco en el sistema operacional de las Naciones Unidas. La ONU, y en especial sus agencias especializadas conexas constituyen la plataforma más importante para el manejo de cuestiones globales, por lo que según el principio de universalidad se debe aceptar la participación de Tai-wán.
Para conocimiento de sus lectores, el hecho de no poder participar en conferencias, mecanismos o actividades de las agencias especializadas de la ONU ha perjudicado los derechos del pueblo taiwanes.
¿Puede citarnos algún ejemplo especifico?
Por ejemplo, hasta la fecha la Organización Mundial de la Salud no ha podido establecer una comunicación y una interacción directa con Taiwán para la prevención de enfermedades infecciosas, ni tampoco ha incorporado a Taiwán al Reglamento Sanitario Internacional 2005 (IHR 2005).
Asimismo, se ha restringido seriamente la participación de Taiwán en las conferencias y actividades técnicas de la OMS. Ello ha impedido que, a la hora de surgir severos brotes epidémicos, obtuviéramos de inmediato informaciones actualizadas sobre cuestiones médicas y de salud.
¿Eso se ha traducido en algún perjuicio o amenaza para la salud de la población?
Por citar algún antecedente, mencionar brotes epidémicos como el SRAS que perjudicaron severamente los derechos de salud de los 23 millones de habitantes de Taiwán así como de los extranjeros residentes y los visitantes.
Podríamos referirnos por ejemplo, que si bien Taiwán es la décima nación naviera en el mundo, el hecho de no poder participar en la Organización Marítima Internacional es desfavorable para el desarrollo marítimo del país, dado que no sólo se nos ha negado información de primera mano sobre las conferencias relevantes, sino que con frecuencia se ha puesto en duda la validez del Certificado de Marineros de Taiwán.
Incorporado Taiwán a la ONU, ¿cuál sería su aporte?
Todo lo que yo he dicho, planteado, representa la posición oficial de mi país.
Las cuestiones que las agencias especializadas de la ONU manejan suelen tener orientaciones funcionales y especializadas.
La participación de Taiwán permitirá dejar de lado las disputas a ambos lados del Estrecho, y facilitará el diálogo y la cooperación sobre temas de interés común, reduciendo gradualmente malentendidos y discrepancias. En este sentido, se reducirían considerablemente las posibilidades de confrontación en el Estrecho de Taiwán, fortaleciendo la estabilidad y prosperidad en la región de Asia y el Pacífico. Nuestra solicitud del presente año se funda sobre consideraciones racionales y moderadas.
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