viernes, 19 de septiembre de 2008

Los astilleros reclaman un mayor compromiso del Estado

Fuente: Nuestromar

Piden facilidades para hacer frente a la demanda internacional. Diferentes referentes del sector dicen que en los últimos años se perdió competitividad. Apuntan a la falta de crédito. Las comparaciones con Brasil.

La situación de la industria naval es uno de los termómetros para saber cuál es la realidad del país. Para tener un panorama completo sobre el sector en la Argentina, nada mejor que leer lo que piensan, hacen y proyectan a futuro sus principales protagonistas.

“La Industria Argentina en general ha perdido en estos dos últimos años buena parte de sus ventajas competitivas por el aumento de los costos internos con un tipo de cambio que no ha sufrido variaciones. De todos modos, existe una importante demanda internacional y como la mayoría de los astilleros del mundo tienen trabajos comprometidos por los próximos años, puede que algunos contratos se derramen sobre la industria naval argentina”, dijo a Transport & Cargo Domingo Contessi, de astilleros Contessi.

“Sin embargo, es difícil pensar en una recuperación en base a este tipo de negocios residuales, ya que la recuperación del sector debería darse a partir del mercado interno, donde también existe un importante potencial. Hidrovía, exploración offshore, servicios portuarios, pesca, son todos sectores donde nuestro país necesita buques. Solamente debe darse la decisión política para brindar el marco financiero y normativo que permita atender esa demanda interna y evitar la competencia desleal que implica la importación de buques usado”, agregó el directivo.

Un análisis semejante sobre las carencias locales de la actividad la hizo Miguel Gutnisky, presidente de Astilleros Corrientes. “Es lamentable la pérdida de presencia argentina en los tráficos fluvial y marítimo, que se traduce en pérdida de ingreso de divisas por fletes, en una nación cuyas exportaciones masivas constituyen la columna vertebral de su economía. Esta situación es clara y conocida. Por eso es necesario instrumentar medidas económicas que favorezcan la construcción de embarcaciones en astilleros nacionales, destinados a satisfacer la demanda del tráfico marítimo de cabotaje nacional, la exportación de la producción agrícola nacional, el transporte a través de la hidrovía –Astilleros Corrientes cuenta con una ventaja competitiva natural, debido a su ubicación-”.

También consideró que si bien la posibilidad de hallazgo de hidrocarburos en la plataforma continental argentina abre expectativas a mediano plazo, “se nos presenta una oportunidad inmediata: la demanda de Brasil por todo tipo de embarcaciones y artefactos navales afectados al sector petrolero –plataformas, supply vessels, buques tanques.

Manos en obra

En Astilleros Contessi están construyendo dos buques pesqueros de altura, que serán entregados a comienzos del mes de octubre y en enero de 2009 aproximadamente.

“Hace mucho tiempo que no construíamos naves de este porte y esto nos llena de satisfacción. Lamentablemente la crisis del sector pesquero, está enfriando el mercado de la construcción de esta clase de buques. Pero gracias a la política de autofinanciar las obras y priorizar el trabajo, nuestro Astillero siempre ha tenido continuidad laboral”, dijo Domingo Contessi.

Los trabajadores y equipos técnicos de Astilleros Corrientes se encuentran en la etapa de alistamiento de un buque tanque doble casco de 11.000 metros cúbicos de capacidad para el transporte de subproductos de petróleo, clase Lloyds Register, que satisface las últimas normativas internacionales en materia de seguridad y prevención de la contaminación. Además, finalizaron la construcción de una barcaza autoestibante de 3.300 toneladas de porte (la primera de un total de tres), para una naviera nacional. A futuro, ya cuentan con un contrato para la construcción de 18 barcazas tipo Jumbo y un remolcador de empuje de 5.000 HP.

Otro de los astilleros que está aceitando cada vez mejor sus engranajes es Tandanor. Allí son varios los proyectos en carpeta y en curso de ejecución. “Estamos reparando una draga de Jan de Nul y un buque uruguayo. También se está montando una grúa pórtico de última generación de la firma Impsa, que será instalada en un puerto del norte brasileño”, señaló Juan Atilio Basola, presidente de Tandanor. A su vez, se está construyendo un remolcador de 9.000 HP para la firma UABL, que será el más grande y poderoso de la hidrovía.

En la empresa hay gran expectativa por la licitación internacional de 72 barcazas y 6 remolcadores que lanzó la firma P&O. “Vinieron a visitarnos para analizar nuestra oferta y capacidad productiva. Tenemos muchas posibilidades de conseguir ese contrato. Si es así, en poco tiempo más para comenzar de inmediato con el primer tren de barcazas y el primer remolcador”, anticipó Basola.

Con el fin de diversificar su producción, Tandanor también incursiona en el merado ferroviario. “Ya reparamos 24 bogies para el Tren de las Nubes y ahora ellos nos contrataron para reparar vagones. También esperamos cerrar un contrato con la Secretaría de Transportes para la reparación de 120 vagones para el transporte urbano”, indicó el ejecutivo.

El vaso medio lleno

Más allá de los problemas actuales, no hay que perder de vista los hechos positivos. Ese parece ser el mensaje que da Lelio González Eliçabe, titular de Astillero Río Santiago (ARS). “Las expectativas con la industria naval son altamente positivas. A nivel mundial el flete es altamente rendidor. La gente está construyendo barcos y no hay gradas. En Argentina tenemos astilleros, gradas y estamos tratando de mejorar nuestra maquinaria y tecnología para adaptarnos a los tiempos que corren. Creo que tenemos un futuro promisorio, a nivel mundial y a nivel Mercosur”, se esperanzó el directivo.

En ese sentido, rescató los avances obtenidos y destacó el anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de un convenio con Brasil para la construcción de varios buques de todo tipo, en especial patrulleros.

“Son buques que son muy fáciles de construir para este astillero. Todavía no tenemos informaciones de cómo se va a distribuir esa importante cantidad que se va a hacer, pero obviamente que el ingreso a la posibilidad de un trabajo semejante da trabajo a muchos astilleros, lo que les va a permitir tener un movimiento importante en los próximos años”, aseveró el presidente de ARS.

Para Domingo Contessi si se compara la situación de la industria nacional con la de los países vecino, el sector debería más apoyo del Estado. “Actualmente Brasil y Chile tienen sus gradas de construcción ocupadas y esto se debe a la decisión política de alentar a la industria, brindarle un real apoyo financiero e impedir la competencia desleal. Pero la necesidad de apoyo no se limita a las grandes decisiones macroeconómicas”, afirmó.

Por su parte, el presidente de Astilleros Corrientes dijo recalcó que en los últimos años, el Gobierno nacional amplió el sistema de leasing al sector naval, por intermedio de Nación Leasing SA. “Se trata de un instrumento esencial para la financiación de unidades construidas en el país, aunque la financiación de la construcción debe ser asumida por el armador y/o el astillero”, expresó y añadió: “Es en este aspecto donde se hace imprescindible el apoyo de las autoridades nacionales y la flexibilidad de los sistemas financieros”.

Desaliento

Gutnisky reclamó que el Gobierno instrumente las medidas de asistencia crediticia o de otorgamiento de las garantías necesarias para que los astilleros argentinos puedan tomar órdenes de construcción de armadores extranjeros, ya que la demanda internacional tiene interés en la Argentina por el tipo de cambio competitivo, la calidad de su industria y por la indisponibilidad de gradas en el exterior. Esa ayuda “es indispensable”, sentenció el directivo.

A las dificultades nombradas, según Domingo Contessi a la industria naval se le suman otras, como “la precariedad en los contratos de uso de suelo, el alto valor de los cánones donde, por ejemplo, existen algunos puertos que aplican, al momento de la renovación, un canon mayor a quien más invierte”.

“Si hoy quisiéramos radicar un astillero en un parque industrial seguramente se nos daría la tierra sin cargo, se nos desgravaría de ciertos impuestos y se nos alentaría a realizar inversiones, pero lamentablemente un astillero no puede radicarse en un parque industrial ya que necesita tener acceso al mar. De hecho, los puertos deberían ser nuestros parques industriales, pero en ellos sucede todo lo contrario, se desalientan las inversiones. Sin lugar a dudas estos no son los modelos que se han empleado en otras partes del mundo para fomentar a la industria naval”, afirmó el directivo.

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