sábado, 6 de septiembre de 2008

El Señor de los Mares

Fuente: Milenio
Mario Gálvez Narro

El señor de los mares en realidad fue en su origen un barco-cisterna construido hace 28 años.

El nuevo escándalo de presunta corrupción en Pemex denunciado por Andrés Manuel López Obrador toca de manera directa a personajes de Coahuila.

Se trata de la compra de un buque-tanque japonés -’El Señor de los Mares’- que tiene la friolera de 28 años de antiguedad, cuyo valor nominal de acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación -ASF- no debe ser mayor a 200 millones de dólares pero fue comprado por Pemex en la escandalosa cantidad de mil 135 millones de dólares.

Cabe destacar que de acuerdo a la propia ASF el año pasado se vendió el buque-tanque más grande construido en China y uno de los más grandes del mundo en 230 millones de dólares, lo cual habla de que la operación mexicana es indiscutiblemente sospechosa y resultado de la escandalosa corrupción que hay en la paraestatal.

Aunque Pemex lo adquirió como si fuera un barco nuevo, El señor de los mares en realidad fue en su origen un barco-cisterna construido hace 28 años que la empresa noruega Bergesen consiguió en 2005 en Singapur, donde lo reconvirtió en una fábrica flotante que almacena y mezcla diversos tipos de crudo para producir un petróleo de calidad superior que se vende a mejor precio en el mercado internacional.

La primera reacción de los directivos de Pemex a la denuncia del perredista fue la descalificación.

Calificaron de irrisorias las acusaciones de López Obrador y dijeron lo que siempre se dice en estos casos; que las acusaciones no tienen fundamento alguno, que con ellas se busca confundir y manipular malévolamente a la opinión pública con información falsa, y que lejos de realizar una operación que dejara graves pérdidas para Pemex, se concretó una que ha dejado grandes beneficios.

“La acusación de que se pagó un sobreprecio por la embarcación cinco veces de su valor real en el mercado resulta absurda y confirma la intencionalidad (sic)”, dijo la paraestatal.

Sin embargo, el contrato de compra-venta firmado por Pemex con la noruega Bergesen establece que la operación será por la cantidad denunciada por AMLO, mil 135 mdd.

Por si fuera poco, hay evidencias de que la multimillonaria operación se hizo con tráfico de influencias para beneficiar a funcionarios y exfuncionarios de la paraestatal.

En la operación participó una empresa mexicana, de la que es socio Antonio Juan Marcos Issa, quien fuera secretario de Finanzas en la gubernatura de Rogelio Montemayor, y quien cuando fue nombrado director de la paraestatal, en el sexenio de Zedillo, lo ubicó nada menos que como director financiero de Pemex.

Incluso, a la salida de Montemayor, a la llegada de Fox a la presidencia, él continuó en Petróleos Mexicanos, lo que causó honda extrañeza en propios y extraños.

Pero con las revelaciones de López Obrador se está dilucidando la verdadera razón de la permanencia del priísta Antonio Juan Marcos Issa en la administración foxista, y esa razón no parece ser otra que los negocios en grande, como era los que gustaban a Martha Sahagún y sus hijos.

Además, socios y apoderados de filiales de esa empresa, la de Juan Marcos Issa, son a su vez accionistas de Oceanografía, que es investigada por posibles vínculos con los hijos de Martha Sahagún.

El caso de ‘El Señor de los Mares’ es, nuevamente, un escandaloso caso de corrupción y de tráfico de influencias en Pemex, pues resulta que la compra-venta del buque-tanque fue resuelta a partir de que socios de la contratista mexicana Blue Marine, Antonio Juan Marcos Issa y Juan Reynoso Durand, invitaron a funcionarios de Pemex a Guinea Ecuatorial, donde la trasnacional de origen noruego Bergesen opera un barco para la empresa estatal GEPetrol.

Luego de ese “viaje”, los servidores públicos se habrían convencido de las bondades del buque tanque y habrían organizado la licitación pública internacional para adjudicar los servicios del barco, convocatoria que ganaron Bergesen y Blue Marine.

Incluso, según el perredista, esas dos empresas siguen recibiendo contratos de Pemex.

“Inclusive el primer pago por la compra de El señor de los mares se hizo el año pasado por 379 millones de dólares y Oceanografía recibió el año pasado y en lo que va del presente 17 contratos de Pemex por cerca de mil 300 millones de dólares”.

El problema es que en el actual gobierno la probabilidad de que estas macro-raterías se castiguen es igual a cero, lo que corrobora que México es el país de la impunidad absoluta.

comarca1234@gmail.com

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