Fuente: Diario Vasco
Segundo cambio de postura del Gobierno español en apenas tres días en relación con la protección a los marineros que faenan en las peligrosas aguas del Índico. La ministra de Defensa, Carmen Chacón, resolvió ayer las informaciones contradictorias difundidas en los últimos días por Exteriores y anunció que ha ordenado el «despliegue inmediato» de un avión de patrulla marítima con noventa militares para realizar labores de vigilancia en las aguas internacionales próximas a Somalia.
En la zona, según la federación de armadores, faenan 53 embarcaciones, 43 buques atuneros y 10 auxiliares de seis nacionalidades. Los barcos están amarrados en las Seychelles hasta que se garantice su seguridad.
El rosario de anuncios y desmentidos protagonizado por el Gobierno tras el último intento de secuestro sobre un barco español -el bermeano Playa de Anzoras, que escapó de los piratas el pasado jueves- ha desconcertado al sector.
El lunes, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, anunció en Bruselas el envío de aviones y buques de guerra «lo antes posible» para luchar contra la piratería. Al día siguiente, su propio gabinete en Exteriores matizó la información y trasladó que el apoyo militar sólo se activaría bajo petición expresa de la UE.
«Labores de vigilancia»
Ayer, la ministra de Defensa y la titular de Medio Ambiente, Elena Espinosa, enmendaron la plana al Ejecutivo y anunciaron que este mismo fin de semana llegará a Yibuti -capital del país homónimo, al noroeste de Somalia- un contingente de 90 soldados españoles y un avión de patrulla marítima P-3 Orion con la misión de realizar «labores de vigilancia» y de recogida de información para la célula de coordinación creada en la UE, que dirige el capitán de navío español Andrés Breijo. El contingente no incluye fuerzas operativas que puedan actuar en caso de nuevos incidentes en alta mar.
La titular de Defensa explicó que la misión, que cuenta con la autorización del presidente Rodríguez Zapatero, tiene una duración inicial de tres meses ampliables en función de las decisiones que se tomen en el ámbito internacional.
Se trata de una operación «en defensa del interés nacional», por lo que los noventa militares no se contabilizarán dentro del cupo de 3.000 soldados destacados en el exterior que se autoimpuso el Gobierno socialista. Su despliegue tampoco requiere la autorización del Congreso.
Chacón aseguró que el P-3 Orion «va a ser de enorme utilidad para prevenir ataques» a la flota, dado que se convertirá en un «auténtico núcleo» para facilitar información sobre los movimientos de piratas tanto a los buques pesqueros o mercantes como a las embarcaciones que trasladan ayuda humanitaria del programa mundial de alimentos, que utilizan estas mismas rutas.
Según los datos facilitados por la ministra responsable de la pesca, en la actualidad hay 17 buques españoles en aguas internacionales cercanas a Somalia -está prohibida la pesca en aguas del país africano-, aunque hay 30 autorizados para operar.
La ministra explicó que resulta «más eficaz» enviar a la región un avión que una fragata, ya que un barco necesita cinco días para recorrer la zona, que se extiende a lo largo de 3.200 millas.
El avión P-3 Orión ya sobrevoló la región de Somalia en abril, cuando el Playa de Bakio estaba en poder de los piratas somalíes, y había trabajado en la zona en 2002, en el marco de la operación Libertad duradera lanzada para combatir el terrorismo internacional tras los atentados del 11 de septiembre de Nueva York.
Con una autonomía de vuelo de 5.500 kilómetros, su función es vigilar las costas y aguas españolas en tareas de protección de la pesca, lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal y acciones de búsqueda y salvamento. Efectúa además misiones de inteligencia fotográfica, identificación de buques y lucha antisubmarina y antisuperficie.
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