Fuente: Terra
Por la superficie, avanzando durante doscientos kilómetros entre las olas del Mediterráneo y caminando luego por caminos y montes, llegan a Almería y la Región de Murcia decenas de jóvenes argelinos en busca del sueño europeo: el de la prosperidad. En una cruda paradoja, bajo la superficie, canalizadas durante doscientos kilómetros en tuberías bajo el Mar Mediterráneo y luego por caminos y montes, llegarán a Almería y la Región de Murcia decenas de toneladas cúbicas de gas natural, símbolo de una especie de sueño africano: el de la riqueza económica que creará en España y el Magreb el gasoducto submarino Argelia-Europa, al que estará conectado el actual gasoducto Cartagena-Lorca.
Esa conexión se hará a través de un ramal de 40,55 kilómetros que unirá el gasoducto de Cartagena-Lorca, desde unos pocos kilómetros al este de la ciudad del Sol, con el nuevo de Almería-Chinchilla, en el límite entre Lorca y Puerto Lumbreras.
Mientras Enagás La empresa espera el permiso del Ministerio e Industria (ya tiene el del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino), ya ha iniciado las obras del tramo entre Lorca y la ciudad andaluza.
Todo este conjunto de obras permitirá que la red gasista reciba en España los 8.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural que, de forma inicial, suministrará desde Beni-Saf (final del el gasoducto Hassi R'Mel-Beni Saf, gestionado por Sonatrach) el consorcio internacional Medgaz.
Éste (formado por las empresas Sonatrach, Cepsa, Iberdrola, Endesa y Gaz de France) tendrá más fácil el transporte tras la ampliación de los gasoductos Auskadur [conexión España-Francia por Irún, Guipúzcoa] y Calahorra (La Rioja)-Lacq (Francia), que serán bidireccionales.
El gas natural llegará, en definitiva, desde Argelia a la planta regasificadora de Enagás en Escombreras (Cartagena), desde donde empresas distribuidoras (como Gas Natural) se encargan de transportarlo a baja presión para uso convencional (doméstico e industrial) y de generación de electricidad en centrales de ciclo combinado.
Cuando la Región esté conectada al gasoducto submarino con Argelia (considerado el octavo país del mundo con mayores reservas de gas natural), Enagás dispondrá de un medio de transporte más barato y una alternativa al abastecimiento por vía marítima, a través de buques metaneros.
El ramal que unirá el gasoducto Cartagena-Lorca con el Almería-Chinchilla discurrirá enterrado desde una zona situada al este del núcleo urbano de la Ciudad del Sol hacia el suroeste, atravesando la rambla de La Peladilla y la carretera D-8. Luego, rodeará la ciudad trazando un arco por el sur, a una distancia mínima de 8 a 10 kilómetros. En esa zona, cruzará la autovía C-3211 y las carreteras D-12 y D-10, la línea de ferrocarril Lorca-Almería, la carretera D-11 y la autovía A-7 (la de Murcia).
El trazado discurrirá paralelo a caminos agrícolas y a los bordes de las ramblas de Béjar y La Vinaga, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 7 de agosto .
El gasoducto continuará en dirección oeste durante nueve kilómetros, atravesará las ramblas de Béjar, Los azules y La plaza y, tras el entorno de Cerro Pinoso, cruzará por campos de almendro hasta pasar la autovía A-91..
En el tramo que afecta a Puerto Lumbreras, las conducciones serán desviadas desde la rambla de Béjar hacia el sur, de forma que discurran de forma paralela al camino de Velopache. Un tramo discurrirá por las sierras de Torrecilla y del Gigante, pero Medio Ambiente garantiza que no afectarán a ningún espacio incluido en la Red Natura 2000, que protege la fauna y la flora.
Los obreros abrirán zanjas de una profundidad y anchura mínimas de un metro, en pistas de 19 metros de ancho. El gas será transportado con una presión de 80 bar en tuberías de acero de carbono de 50,8 centímetros de diámetro.
Las tuberías estarán aisladas eléctricamente con un revestimiento exterior de polietileno y, para evitar la corrosión, habrá un sistema de protección catódica.
Para reforzar la seguridad frente a posibles fugas de gas, habrá un centro de mantenimiento y dos válvulas en puntos intermedios (conectadas a una línea eléctrica de media tensión), además de un sistema de comunicaciones por cable de fibra óptica enterrado junto a la conducción del gas.
Enagás, que invertirá 350 millones de euros en los cien nuevos kilómetros de gasoductos que pasan por la Región, espera «reforzar la seguridad del suministro». La Región consumió consumió el año pasado 29.636 gigavatios /hora, el 7% del total en España.
Un tercio fue destinado al denominado mercado convencional (doméstico e industrial) y la mayor parte a las centrales de ciclo combinado (AES, Iberdrola y Gas Natural tienen estas plantas de energía).
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