Fuente: Prensa
Marianela Palacios Ramsbott
marianelap@prensa.com
El negocio del suministro de alimentos y víveres a barcos, mejor conocido en el mundo marítimo como avituallamiento de buques (ship chandling), todavía está en pañales en Panamá.
Esa es una de las conclusiones que se desprende del estudio que Maritime & Logistic Consulting Group (M&L) hizo para el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida), con el propósito de sentar las bases para desarrollar esta actividad económica en el país, mejorar la oferta de estos servicios que hay en la plaza local y, más específicamente, abrir oportunidades de negocios para que los productores de hortalizas y frutas de Tierras Altas de Chiriquí puedan establecer relaciones directas y alianzas exitosas con los “avitualladores”.
En la actualidad, según el estudio, la mayoría de las empresas que suministran víveres a barcos que transitan por el Canal o atracan en los puertos panameños atiende buques de carga, especialmente contenedores y graneleros, pero muy pocas tienen experiencia con cruceros.
“En muy raras ocasiones, los cruceros son avituallados en Panamá. Solo avituallan aquí en caso de necesidad. Y, de acuerdo con las empresas de avituallamiento encuestadas, el suplir este mercado es una actividad no bien conocida por ellos”, destacaron los consultores de M&L.
Existen al menos 10 empresas en el país dedicadas al abastecimiento de barcos: Mercansa, Mishal, Millenium, NYF Panamá, Bryteside Tech, Chindo Internacional, Mec Store, Internacional Tagaropulos, Nauticaltech International y Stward Agency. Pero solo las seis últimas son miembros de la Cámara Marítima de Panamá y están catalogadas por este gremio como “suplidor naviero marítimo”.
El presidente de la Asociación de Ship Chandlers de Panamá Vikash Deepak reconoció que -a pesar de la estratégica posición geográfica del país, sus 2 mil 988 kilómetros de costa y el Canal- este negocio ha sido poco explotado por los panameños.
Deepak recomienda al Gobierno invertir en infraestructuras para resolver los problemas logísticos del sector y para poder sacar provecho a la extraordinaria oportunidad que representa el inicio de operaciones del Home Port de Colón, que a partir de diciembre será un nuevo puerto de origen de cruceros para el Caribe.
“Estas empresas no cuentan con muelles especializados para avituallamiento, mucho menos con equipo especializado para atender estas necesidades. Ni existe un centro de distribución de productos hortofrutículas con capacidad de refrigeración, cercano a los sitios de embarque”, destacó Maritime & Logistic.
De acuerdo con los especialistas consultados, un solo pedido de cruceros puede equivaler a la producción hortícola total de Tierras Altas correspondiente a cuatro o cinco meses.
Y no todas las hortalizas y frutas que suelen demandar los buques pueden conseguirse en Panamá. En ese grupo destacan la fuca, amargo, hoja de menta, mandarinas, mora azul, zarzamora, lechuga romana, roja y Boston, romero, albaca, hoja de coy, yupa, pac choy, bok choy, cebolla morada y coliflor.
“Aunque, de hecho, muchos de estos productos se siembran y cosechan en diferentes regiones del país, a los avitualladores les resulta muy difícil obtenerlos porque no se siembran para una comercialización masiva”, dice el estudio.
Para cumplir con los volúmenes y altos estándares de calidad y variedad que exigen los cruceros a sus proveedores de alimentos y bebidas, los productores nacionales también necesitan asistencia técnica y capacitación en la cosecha, manejo, refrigeración y distribución de sus productos.
“De ser requerido un espacio adicional para las cosechas hortofrutícolas, los productores encuestados manifiestan que podrían hacerlo”, se lee en el estudio. Pero “la necesidad de inversión en invernaderos sería un requisito para lograr este propósito”.
Los cruceros son sumamente exigentes y requieren no solo la más alta calidad y sistemas de trazabilidad del producto, sino excelentes presentaciones, empaques y etiquetados, frescura en todos los productos y confiabilidad en la entrega. En esta materia, también queda mucho por hacer aún.
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