Fuente: Gipuzcoa
BILBAO. La crisis industrial de los años ochenta del pasado siglo dejó contra las cuerdas al sector de construcción naval de Euskadi. La globalización de la economía y el progresivo abandono del pabellón "nacional" para buscar banderas de conveniencia en países de medio mundo, dejó a los grandes astilleros vascos sin compradores locales, -la figura del armador vasco salvo contadas excepciones ha pasado a la historia-, y a merced de los grandes constructores navales de Japón y, en especial, de Corea. La competencia asiática, con construcciones en serie y menores costes, amén de supuestos dumping, dejaron contra las cuerdas al mayor constructor vasco, La Naval, entonces en manos públicas, y con él a toda la industria auxiliar que se mueve a su vera perjudicando también a los pequeños y medianos astilleros. Afortunadamente esa fase es historia y los astilleros vascos, según recuerda Javier López de Lacalle, director gerente del Foro Marítimo Vasco, la asociación que agrupa a todo la industria marítima de Euskadi, "tienen carga de trabajo hasta 2011".
Cuando se escucha la palabra crisis, ¿como está la situación de los astilleros vascos?
A nivel de carga de trabajo bien porque existe contratos para construir unos 40 buques lo que garantiza carga de trabajo para los astilleros durante los próximos tres años sin problemas. Además, todavía se siguen contratando barcos, por lo que es factible que aumente la nueva contratación.
¿Qué aporta el sector marítimo vasco a la economía de Euskadi?
En cifras, independientemente de su gran tradición industrial y de todo tipo, en el pasado año aportó algo más del 2% del PIB de la CAV. En 2007, las empresas del sector marítimo facturaron más de 1.400 millones de euros y emplearon de forma directa a unos 9.300 trabajadores. Teniendo en cuenta que hay empresas que además de para el sector naval trabajan para otros segmentos, la facturación total de las empresas de la industria marítima vasca ascendió a 2.400 millones de euros con una plantilla global conjunta de 17.900 personas.
El sector de la construcción naval se ha beneficiado de la globalización económica con el desplazamiento a Asia de buena parte de la producción industrial lo que ha aumentado los intercambios comerciales y ha crecido la necesidad de barcos. ¿Cómo se prevé la evolución de la demanda?
Antes de la actual crisis económica ya se preveía una desaceleración de la demanda que en todo caso puede acentuarse algo y que se plasmará en los astilleros dentro de cuatro o cinco años. En ese momento se calcula que habrá una oferta un 20% superior a la demanda, con su influencia a la baja de los precios de los buques porque además Filipinas, India y China están entrando en el mercado.
¿Qué pueden hacer los astilleros vascos para hacer frente a la competencia de cara al futuro?
Profundizar en lo que ya están haciendo ahora que es especializarse en nichos de mercado de mayor valor añadido. En la actualidad se está construyendo mucho en el área de off-shore , buques muy especializados de rescate, salvamento, acceso a plataformas petrolíferas etc. En el caso concreto de CNN La Naval, el mayor astillero vasco, últimamente ha sido noticia por la botadura y la contratación de grandes dragas, buques muy especiales y de alto valor. Por otra parte, las empresas de construcción naval vascas tienen que mirar la posible entrada en nuevos segmentos de mercado. Ahí está, por ejemplo, la construcción de buques destinados al tráfico fluvial. No hay que olvidar que buena parte del transporte de mercancías en Europa va por los ríos y además de en Europa occidental hay grandes posibilidades en el mercado ruso. Y estamos hablando de buques de hasta 100 metros de eslora y 3.000 toneladas. Otro segmento de mercado con potencial y con valor añadido es el de la construcción de ferrys. Tampoco sería descartable conseguir las homologaciones necesarias en los astilleros vascos para que puedan acceder a realizar colaboraciones en los proyectos navales militares. En relación con los gaseros, el problema vasco es que la demanda actual apuesta por buques de mayor tamaño que no entran en las instalaciones existentes en Euskadi.
La innovación se ha situado en el primer plano de actualidad. ¿Qué se está haciendo en este área?
Empresas vascas están participando en algunos de los proyectos de innovación europeos en marcha. Concretamente, dos compañías asociadas están presentes en dos proyectos del programa Cenit: Eolia (parque de aerogeneradores eólicos off-shore ) y Baip 2020 (aumento de la competitividad mediante la dotación de medidas innovadoras en buques pesqueros), y en varias propuestas europeas (U-STIR: una prospectiva para el transporte de superficie de cara al futuro 2050, Odin. También se está trabajando en el desarrollo de prototipos de un buque pesquero de bajura y de otro para el tráficoshort sea shipping . Existen además trabajos con el cluster electrónico vasco Gaia para una mayor aplicación de las TICS, tanto en la construcción naval, como en la gestión. También se propicia la cooperación entre empresas auxiliares para configurar paquetes enteros de componentes.
Ustedes afirman que uno de los grandes problemas de la construcción naval vasca es la falta de mano de obra.
Efectivamente. Existe un déficit importante de mano de obra especializada. En los años de crisis, ante la falta de trabajo, se perdió buena parte de la industria auxiliar naval y ahora es un problema que incluso pone en cuestión el cumplimiento de los plazos de entrega de los buques. Por todo ello desde el Foro Marítimo Vasco se está haciendo un esfuerzo especial para potenciar los planes de formación para la industria auxiliar subcontratista de astilleros (en el que cada año se imparten más 300 cursos a más de 2.000 personas). También se apoya el Aula Naval, creada con el apoyo del Gobierno Vasco para paliar la escasez de profesionales superiores en el sector, con alumnos provenientes de ingenierías superiores. Además hay que potenciar el conocimiento de inglés para que los trabajadores pueden comunicarse mejor con los técnicos de las empresas que han encargado los buques. La formación y la innovación son claves.
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