Fuente: Adital
INTRODUCCIÓN
Con estas décimas, que dediqué a Domingo H. Turner (1895-1972) para celebrar la edición de su libro en 1963, Tratado Fatal: Tres Ensayos y una Demanda, (2) he querido iniciar mi intervención en este Seminario Internacional dedicado a compenetrarnos del pensamiento de Víctor Raúl Haya de la Torre. Turner demandó la inconstitucionalidad del Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 por no haber sido sometido nunca a un proceso de ratificación, incitando al pueblo a marchar en protesta hacia la Asamblea Nacional. La Corte Suprema de Justicia se declaró incompetente sobre la materia, con el digno salvamento de voto del Dr. Rodrigo Arosemena. Domingo H., el "viejo león", murió nueve años después sin ver cumplido su sueño, y ello determinó mi dedicación concentrada al esfuerzo de coadyuvar al rescate de la soberanía conculcada y cancelar el Tratado que ningún panameño firmó ante las Naciones Unidas. En agosto de 1963, en mi posesión como presidente de la Escuela de Diplomacia, lancé el reto al gobierno de entonces, de Marco A. Robles, y al gobierno electo de entonces, de Arnulfo Arias, de llevar el caso de Panamá ante las Naciones Unidas. (3)
Nuestra desvinculación internacional del mal llamado tratado se llevó a cabo en marzo de 1973 cuando en Panamá tuvo lugar la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ocasión en que el representante de Estados Unidos, John Scali, vetó la resolución copatrocinada por las "trece manos de la dignidad" en respaldo a Panamá. Entre esas trece manos figuraba de manera resaltante las del Perú, que acompañó nuestra causa no solamente con notables juristas y diplomáticos que fueron testigos de nuestros intensos debates internos, sino a viva voz a través de su canciller entonces, el General de Brigada Miguel Ángel de la Flor Valle. Yo estaba allí como consejero del canciller Juan Antonio Tack y era su enlace con el canciller peruano, quien pronunció las siguientes palabras: " El Perú, no sólo por su fraternal vinculación con la República de Panamá, sino por sus convicciones nacionalistas y americanistas…considera de su deber reclamar que la solución de este amenazante problema de la Zona del Canal que pesa desde hace 70 años sobre la dignidad de un pueblo de América Latina, sea resuelto dentro de normas de justicia. Creemos que debe llegarse a un acuerdo que consagre inequívocamente la plena soberanía y la irrestricta jurisdicción de Panamá sobre la totalidad de su territorio y que le dé la responsabilidad cabal del funcionamiento del canal interoceánico, permitiendo la libre disposición sobre sus recursos naturales y una participación justa en los beneficios económicos del mismo. La solución de esta injusta relación también debe garantizar un efectivo uso pacífico de la vía acuática en beneficio de la comunidad internacional, a través de la neutralización del Canal como contribución a la paz y seguridad internacionales.
"El Perú apoya firme y decididamente la posición panameña no sólo por la justicia que ella entraña, que constituye además una reivindicación para toda América Latina, sino también porque resulta perfectamente coherente con nuestra política exterior… La Zona del Canal, que pertenece geográfica, política, económica y socialmente a la República de Panamá, es parte indisoluble de su territorio nacional, y su reversión constituye un factor ineludible y fundamental para el desarrollo de la nación panameña y para la eliminación de un foco de tensión permanente en América." (4)
En agradecimiento, pido que me acompañen con un fuerte aplauso a la firme solidaridad del pueblo peruano con la causa del pueblo panameño.
Perú y Panamá
No quisiera continuar sin antes mencionar con orgullo, nostalgia y reconocimiento a dos peruanos de mi personal estima: Alberto Ruiz-Eldredge, brillante jurista y latinoamericanista, y Jaime Serruto Florez, presidente del Movimiento de Unidad Latinoamericana (yo era uno de sus dos vicepresidentes, el otro era el Ing. Santiago Ávalos Zavala, de México)), con el cual realizamos gloriosas jornadas por la integración de la Patria Grande, entre ellas, la solidaridad con la soberanía panameña en la Zona del Canal. Unidad Latinoamericana tenía representaciones en casi toda la región y realizó cinco congresos continentales.
Como lo ha recordado el doctor Carlos Iván Zúñiga, los lazos históricos entre Perú y Panamá son estrechos. Durante la Colonia, nuestras controversias "surtían sus apelaciones en los tribunales de Lima". Cuando nos independizábamos de España el 28 de noviembre de 1821 se discutió la opción de unirnos al Perú. Muchos panameños lucharon en la Batalla de Ayacucho, en tanto que nuestro José Domingo Espinar fue secretario y médico personal de Bolívar. Perú fue el primer país que reconoció la separación de Panamá en 1903 y, si la memoria no me traiciona, el primer vapor que atravesó el Canal fue peruano, y no el "Ancón", como reza la historia oficial. Por otra parte, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima fue designada como madrina de la Universidad de Panamá cuando ésta se creó en 1935 y no olvidamos, por supuesto, que Fray Martín de Porres era de origen panameño. (11)
Jorge Turner, hijo de Domingo H., nos recuerda la presencia en Panamá de los peruanos Esteban Pavletich, Luis Francisco Bustamante y Nicolás Terreros, que estuvieron en la fundación del Sindicato General de Trabajadores en 1924 junto con anarquistas españoles, polacos y colombianos. Entre los panameños fundadores se encontraban Domingo H. Turner, declarado Apóstol de la Soberanía en la etapa de Omar Torrijos, Diógenes de la Rosa, Eliseo Echévez, Eugenio Cosani, Samuel Casís, y otros. Ellos crearon el fermento y al año siguiente, se produjo la Gran Huelga Inquilinaria que fue aplastada a tiros y bayonetazos por los marines de Estados Unidos que ocuparon las principales ciudades a solicitud del presidente Rodofo Chiari. (12) Jorge Turner nos habla del paso efímero de Haya en 1929, así como de don Luis Alberto Sánchez y Ramiro Prialé.
Luis Alberto Sánchez escribió sobre las peripecias de Haya cuando llegó el 15 de diciembre de 1929 al puerto de Balboa, en la Zona del Canal de Panamá, bajo la bandera de Estados Unidos, a bordo del barco Phoenicia. Manuel Roy fue a recibirlo al puerto, pero los gringos le negaron que Haya estuviese a bordo; sin embargo, un pasajero, dolido por el maltrato, le advirtió a Roy: "Oiga usted, el señor Haya de la Torre viene a bordo… Nos han obligado a que no lo digamos… Pero estoy harto de tanto abuso… Ya lo sabe: su amigo está preso a bordo."
Roy, acompañado de José Daniel Crespo, fue en busca del Secretario de Relaciones Exteriores, quien no se encontraba. Los recibió el Subsecretario, Ricardo Morales, antiguo amigo de Haya, y éste le facilitó una entrevista con el presidente de la República, Florencio Harmodio Arosemena. Una orden de desembarco llegó cuando el Phoenicia ya iba rumbo al puerto de Cristóbal, en el Atlántico. En Cristóbal, las órdenes del gobernador de la Zona del 16 de diciembre decían que Haya debía continuar viaje a Bremen, Alemania.
Sánchez relata: " un grupo de peruanos y panameños había logrado comunicarse a última hora con Haya de la Torre. El más afanado, Alberto Luis Rodríguez, le alcanzó alguna ropa de lana, pues Víctor Raúl viajaba con indumentaria tropical y había dejado su maleta en México."
Cuando el barco zarpaba, un Haya indignado gritó: "¡Viva Sandino! Ojalá, cuando regrese por acá, que no ha de tardar mucho, no tenga que tropezar con esta vergüenza clavada en el corazón de Indoamérica... bajo el imperialismo, miserables!… ¡Viva Sandino! ¡Viva el Apra!". Los amigos panameños ripostaron: "¡Viva Haya de la Torre! ¡Abajo el imperialismo! ¡Viva Sandino!" (13)
Florencio Harmodio Arosemena fue derrocado dos años más tarde, en 1931, por Acción Comunal, un movimiento nacionalista que abrió paso a la primera revisión del Tratado Hay-Bunau Varilla.
La internacionalización del Canal de Panamá
Antes de continuar, permítaseme dejar constancia de nuestro agradecimiento al Dr. Francisco Huerta, Director Ejecutivo del Convenio Andrés Bello, y al Dr. Heraclio Bonilla, coordinador de este Seminario Internacional sobre Haya de la Torre.
A raíz de la nacionalización del Canal de Suez en 1956, por parte de Gamal Abdel Nasser, se celebraron dos conferencias en Londres de las principales potencias y usuarios de la vía interoceánica. Panamá no fue invitada a participar y, cuando nuestro gobierno protestó, el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Foster Dulles, vinculado al establecimiento industrial-militar, respondió que el Canal no era un problema internacional sino bilateral. (14) Preocupados, los panameños convocaron a una Mesa Redonda sobre los Canales Internacionales en 1957, con la participación de notables juristas de la región, y allí se llegó a la conclusión de que el Canal de Panamá ya era internacional por el servicio que presta y porque estaba sometido a un régimen jurídico internacional.
Dicho régimen se refiere al Tratado Hay-Pauncefote de 1901 entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que incorpora la Convención de Constantinopla de 1888 que neutralizó el Canal de Suez, y al Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903, entre Estados Unidos y Panamá, que integra lo fundamental del primer convenio Pero lo que generalmente se tiene presente cuando se habla de "internacionalizar" no es el régimen jurídico de los canales sino el hecho material de su administración o manejo por la comunidad internacional o bajo su autoridad y, en algunos casos, se confunde con la neutralización. Tal fue el concepto que tenía el presidente Harry S. Truman, cuando propuso la internacionalización del Canal de Panamá en la Conferencia de Potsdam, la cual no tuvo eco. (14)
Al respecto, el exvicepresidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y ex presidente de la República, el doctor Ricardo J. Alfaro, expresó lo siguiente en dicha Mesa Redonda en torno a la posibilidad de que Panamá imitara a Egipto al nacionalizar el Canal de Suez: " Es pueril la idea de que una nación débil como la nuestra pueda pensar en hacer uso de la fuerza contra la mayor potencia del mundo para llevar a efecto la confiscación de una empresa cuya existencia y funcionamiento fue objeto de un Tratado internacional. No obstante lo oneroso y desigual del Tratado de 1903, Panamá nunca ha alimentado el propósito de violarlo. Ha sido siempre su pensamiento que es otro el camino para eliminar o remediar las durezas del Tratado y las de su interpretación por su poderosa contraparte. Es el camino de la lucha incesante por el derecho y la justicia con las armas de la razón y de la diplomacia" (15)
La discusión en torno a los aspectos jurídicos de la internacionalización y del régimen aplicable a los canales y estrechos internacionales nos llevaría muy lejos en este Seminario, así que no entraremos en ese laberinto. Cuando Haya funda la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) en México en 1924, enuncia cinco objetivos básicos de su movimiento o partido continental:
1. Acción contra el imperialismo.
2. Por la Unidad Política de América Latina.
3. Por la nacionalización de tierras e industrias.
4 - Por la internacionalización del Canal de Panamá.
5. Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.
El programa del APRA fue explicado en el libro de Haya, El Antiimperialismo y el APRA, publicado en 1935 (16)
La preocupación de Haya en 1924 consistía, en nuestra opinión (y nos la confirma el doctor Mario Castro Arenas, otro peruano que se quedó en Panamá), en que era indispensable acabar con el monopolio y el control que Estados Unidos ejercía sobre el Canal para poner fin al sistema de expoliación y ultraje a la soberanía a que fuimos sometidos mediante un tratado no negociado que incluso fue violado para desatar la intervención de Estados Unidos en la región.
La internacionalización del Canal debía encarnar un régimen alejado de todo control imperialista y, como lo afirmó Haya en 1977, ser un instrumento de la integración latinoamericana y no un impedimento para esta meta, a la vez que fruto de la solidaridad con el pueblo panameño. Como bien lo ha señalado Jorge Turner: "En el punto cuarto la idea de internacionalizar el Canal de Panamá obedece al propósito de que un centro crucial de la navegación marítima mundial, un medio fundamental de circulación de riqueza, no esté bajo el control de Estados Unidos. En un documento oficial del APRA, relativamente reciente, se actualiza este punto y se sostiene que, si bien con los tratados Torrijos-Carter no se cumple al pie de la letra la aspiración hayista, en cambio sí se cumple con un espíritu, o sea, la finalidad de que un servicio público internacional tal importante no siga a cargo de una potencia extranjera" (17)
Este último aspecto lo examinaré más adelante.
Para examinar la propuesta de Haya, preocupada entonces por el monopolio de Estados Unidos, será necesario elucidar en qué consiste el mismo, de qué manera lo obtuvo y cómo lo garantizó. Nuestra disertación, por lo tanto, continuará en dos partes: la primera, el monopolio y control de la ruta interoceánica por parte de Estados Unidos; la segunda, la invasión a Panamá como medio para continuar con dicho monopolio sobre la ruta interoceánica. La primera alude a los acuerdos internacionales en que reposa el control de la ruta, y la segunda, a los hechos históricos que demuestran cómo se ha mantenido tal monopolio y tal control hasta nuestros días.
Notas:
1) Seminario Internacional "Haya de la Torre y la Integración de la América Latina ", organizado por el Convenio Andrés Bello y el Instituto de Gobierno de la Universidad San Martín de Porres, Lima, del 2 al 4 de julio de 2008.
2) "LLORAS, PANAMÁ QUERIDA", disco de larga duración con décimas de Julio Yao en la voz de la declamadora internacional de nacionalidad colombiana, Dora Alexandra, y la guitarra del maestro Gentil Montaña, de Colombia. Ingeniería de Sonido, Medellín, 1974.
3) Domingo H. Turner, ¡ Tratado Fatal! (Tres Ensayos y una Demanda), segunda edición (Panamá: Ferguson & Ferguson, 1974), México: Editorial Proas, 1963).
4) Julio Yau, "Sobre la Convención Istmica de 1903 y las relaciones panameño-norteamericanas se pronuncia el universitario Julio Yau (Nulidad y Anulabilidad del tratado del Canal)", El Panamá-América, 24, 28, 29 y 30 de agosto de 1963. En El Canal de Panamá, Calvario de un Pueblo (Madrid: Editorial Mediterráneo, 1972, 1974), págs. 213-238
5) Revista Lotería No. 207, marzo de 1973 (Panamá: Impresora Los Ángeles), págs. 17-19.
6) Simón Bolívar. Obras Completas (La Habana: Talleres Tipográficos de Editorial Lex, 1950).
7) Simón Bolívar. Obras Completas (La Habana: Talleres Tipográficos de Editorial Lex, 1950).
8) Theodore Roosevelt. The Strenuous Life (New York: The Century Company, 1899), pág. 285.
9) Theodore Roosevelt. The Autobiograhy of Theodore Roosevelt (1913), págs 553 y sigs. Traducido por Rafael Moscote, Ver: Julio Yao, El Canal de Panamá, Calvario de un Pueblo, pág. 264-271.
10) Domingo H. Turner, "A la internacionalización por la nacionalización". El Panamá-América, 22 de junio de 1967.
11) Posición del Partido Aprista Peruano sobre el Canal de Panamá.
12) Ibid.
13) Carlos Iván Zúñiga. "Recuerdos peruanos y el APRA". El Panamá-América, 3 de junio de 2006.
14) Jorge Turner. Raíz, Historia y Perspectivas del Movimiento Obrero Panameño (México: Editorial Signos, 1982), pág. 35 et seq..
15) Luis Alberto Sánchez. Haya de la Torre o el Político, 2da. Ed. Corregida (Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, Biblioteca Americna, 1936), págs. 158-161.
16) Julio Yao. " La Jurisdicción Obligatoria de la Corte Internacional de Justicia y la Solicitud de Demanda del Gobierno de la República de Panamá contra el Gobierno de Estados Unidos de América". Panamá, 1989.
17) Alfaro, Ricardo J.; Arias, Harmodio; Alvarado García, Ernesto; Arosemena G., Diógenes A.; Barros Jarpa, Ernesto; Boyd, Aquilino; Cervantes Ahumada, Raúl; Escobar, Felipe Juan; Fábrega, Octavio; Fournier, Fabio; García Amador, Francisco V.; García Bauer, Carlos; Quintero César; Sáenz, Vicente; Zelaya Gonzalo, Hernán. Los Canales Internacionales (Panamá: Lito Universidad de Panamá, 1957)
(Continúa...)
* Catedrático en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá
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