Fuente: La Opinión Coruña
ANTÓN LUACES. A CORUÑA. Como era previsible, el amarre -hasta ahora- de parte de la flota pesquera ha traído las primeras consecuencias negativas para las tripulaciones. Una semana después de que se iniciase el paro auspiciado por la patronal del sector (Plataforma en defensa del sector pesquero y Cepesca) y a la espera de lo que depare este fin de semana tras la llegada a puerto de más de una veintena de barcos que faenan en caladeros comunitarios o en el caladero nacional, son varios los armadores que han recurrido a dar de baja a sus tripulaciones, especialmente a los extranjeros.
De esta forma, estos trabajadores han pasado ya a depender de las oficinas de empleo para tener derecho -el que lo tiene- al subsidio de paro. Peor es lo acontecido en puertos como el de A Coruña o Burela donde los armadores han procedido al despedido de tripulantes por "no presentarse en su puesto de trabajo del 1 al 5 del presente mes de junio", según fuentes sindicales consultadas.
Y esto ha ocurrido después de que los armadores hubieran planteado ante el Consello Galego de Pesca, celebrado esta semana, la necesidad de que la administración les conceda la exención del pago de cuotas de la Seguridad Social o, como mal menor, bonificaciones, además de la eliminación de las tasas portuarias.
Las mismas fuentes consultadas afirman que son varios los marineros de barcos de Gran Sol a los que la casa armadora les retienen las ganancias de toda una marea, con lo que si los marineros cambian de barco o por cualquier circunstancia abandonan la embarcación en la que han venido prestando sus servicios se quedan sin percibir salario. Este hecho, así como el despido de los pescadores, dos de ellos producidos en una empresa coruñesa con barcos de arrastre del litoral, ha llevado a los sindicatos a plantear la situación ante los tribunales laborales porque consideran que "el paro patronal no puede significar, exclusivamente, perjuicio para los trabajadores".
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