Fuente: Prensa
Wilfredo Jordán Serrano
wjordan@prensa.com
Ser el número uno en abanderamiento de naves a nivel mundial es una distinción que enorgullece a Panamá, pero también significa una enorme responsabilidad para el país y su servicio de marina mercante. Con más de siete mil buques abanderados y 168 millones de toneladas de registro, Panamá debe monitorear y atender los accidentes que se presentan en su flota.
Aunque Panamá no es directamente responsable de los accidentes que ocurren con las embarcaciones de su registro, sí le corresponde velar porque se cumpla con cada una de las exigencias de los códigos y legislaciones marítimas.
Cuando ocurre un accidente de grandes proporciones, como el hundimiento de una embarcación que causa no solo pérdidas materiales sino humanas, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) debe enviar un equipo de técnicos para desarrollar una investigación.
Las aseguradoras de la empresa naviera y dueña de la embarcación también desarrollan una investigación para tratar de conocer las causas del accidente.
Limitación presupuestaria
En el presupuesto de la Autoridad Marítima se incluye 1.5 millón de dólares al año para gastos en investigación de accidentes marítimos.
La suma resulta baja si se compara con el número de buques de bandera panameña que diariamente surcan los mares en diferentes partes del mundo y se exponen a este tipo de problemas.
Un solo accidente puede costar más de un millón de dólares en gastos de investigación, destaca el administrador de la AMP, Fernando Solórzano.
"Cuando ocurre un accidente hay que pagar gastos de pasaje y estadía de los técnicos, y en muchos casos se requiere contratar buzos o especialistas para tener detalles del hecho", añadió el funcionario.
Una de las alternativas para contar con el dinero de manera inmediata puede ser la creación de un fondo de investigación que vaya creciendo para cuando sea necesario utilizarlo, dijo Solórzano.
Santiago Torrijos, vicepresidente de la Cámara Marítima de Panamá, coincide con la necesidad de reforzar el presupuesto para investigaciones porque el país debe "continuar con la imagen de registro serio que siempre ha tenido".
El riesgo siempre existe, dice Torrijos, pero afortunadamente no han ocurrido mayores accidentes que el del ferry egipcio con bandera panameña Al-Salam Boccaccio, que el 2 de febrero de 2006 se hundió en el mar Rojo y cobró la vida de mil 400 personas.
Pese a que la compañía propietaria de la embarcación enfrentó la responsabilidad del accidente, Panamá inició una investigación -que aún no ha terminado- para conocer las causas del hecho.
Entre los gastos de esta investigación se ha incluido el pago de 132 mil dólares a la Universidad de Glasgow, Escocia, para un estudio de ambientación sobre el hundimiento del ferry.
En este caso se utilizaron técnicos panameños que viajaron a Egipto. También se contrató los servicios de un robot que sacó la caja negra del fondo del mar Rojo, donde quedaron grabados los últimos minutos de conversación de los tripulantes de la embarcación.
Torrijos enfatizó en la necesidad de seguir capacitando a los panameños para no tener que contratar especialistas extranjeros que se encarguen de estas investigaciones.
Acuerdo con Canadá
La AMP firmó con el Marine Transportation Board de Canadá un acuerdo para la mutua cooperación en forma horizontal entre autoridades marítimas.
Dicho acuerdo busca establecer vínculos de cooperación internacional, tanto para la investigación de accidentes en ambos países como para la capacitación de recurso humano experimentado y asistencia en laboratorios, dijo el director de Marina Mercante, Alfonso Castillero.
Canadá cuenta con un gran potencial en recreación de accidentes y laboratorios que ayudan a los investigadores a comprobar hipótesis o a descartarlas mediante estudios científicos especializados.
Se trata de una buena alternativa para el país, que puede ser utilizada cuando se necesita atender una investigación por accidente marítimo, añadió el administrador de la Autoridad Marítima de Panamá.
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