Fuente: Diario de Avisos / EFE
Santa Cruz
La aseguradora marítima P&I se ha hecho cargo del barco Assalama, que sufrió un accidente el pasado miércoles en Tarfaya y está escorado con riesgo de hundirse, y decidirá si lo reflota o no, mientras que el Gobierno marroquí ha manifestado su disposición a ampliar el muelle para que puedan operar barcos de mayor calado, informaron ayer fuentes de la Naviera Armas. Los técnicos de la compañía aseguradora se han hecho cargo, también, de entregar a los pasajeros que permanecen en El Aaiún la documentación solicitada por las 61 personas que decidieron quedarse en este enclave por temor a perder algún derecho si eran trasladados a la isla de Gran Canaria. No obstante, fuentes de la compañía aseguraron que dichas personas estaban ya siendo trasladadas hacia Fuerteventura.
El barco portaba entre veinte y treinta vehículos, aunque cualquier decisión sobre la carga, el combustible o las maniobras a realizar en el buque dependen ahora de la opinión de la aseguradora, que debe realizar gestiones con el Gobierno marroquí, explicaron.
Los hechos.
El capitán del barco decidió, como garantía de seguridad, desalojar el pasaje (en su mayoría de nacionalidad marroquí) tras tocar alguna roca durante la maniobra de salida del puerto de Tarfaya con destino al Puerto del Rosario. Los pasajeros salieron en los botes salvavidas, incluso con la ayuda de los pescadores que se encontraban en ese momento en Tarfaya. El barco comenzó a escorarse, pero, según fuentes de la compañía, el buque, que sufre una vía de agua por la colisión, no está técnicamente hundido sino "acostado en el lecho marino" a la espera de que la compañía aseguradora decida qué hacer. Naviera Armas solicitó a la campañía aérea Islas Airways que distribuyera a los pasajeros trasladados durante el jueves a Gran Canaria a sus respectivas islas. En este sentido, desde la compañía aérea procedieron al traslado de dicho pasaje a las islas de Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura.
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