Fuente: Noroeste
Sr. Director Editorial
Está muy próximo a celebrarse el Día de la Marina Nacional y nos preparamos para asistir a la exaltación de glorias pasadas y a la vanagloria de los resultados raquíticos logrados en los años últimos en los rubros de: marina mercante, educación náutica, construcción naval, flota pesquera comercial, instalaciones portuarias, turismo náutico y pesca deportiva, ausencia de tribunales marítimos, designación de funcionarios competentes y calificados en los puestos de conducción de la marina mercante y puertos según lo ordena la Constitución y etc, etc.
Siendo tan largo el tema, sólo me voy a referir al grano en la cara de la S.C.T. Coordinación General de Marina Mercante y Puertos.
La Casa del Marino de Mazatlán fue inaugurada el primero de junio de 1946 (sesenta y dos años) fue inaugurada por el C. Presidente de la República, General Manuel Ávila Camacho y fue construida por decreto presidencial con fondos públicos y la aportación de los armadores, agentes de buques y marinos mercantes mexicanos. La finalidad de estas Casas del Marino, en la República y en el mundo, es la de dar abrigo, esparcimiento sano y económico a los marinos mercantes que, en su dura, estresante, anormal vida profesional de aislamiento y falta de hogar requieren de ese tipo de santuarios de convivencia fraternal. Estas casas para seafarers (gente de mar) están establecidas a nivel mundial por las naciones marítimas que han seguido en forma adecuada las Recomendaciones y el Convenio internacional mandatorio para tales efectos firmado por uno de nuestros pasados presidentes de los Estados Unidos Mexicanos y aprobado en pleno por uno de nuestros pasados congresos de la Unión. La manutención de estas Casas del Marino no es gravoso para el erario nacional ya que el mecanismo internacional de acopio de recursos para el sustento de las Casas del Marino se basa en la imposición de una tasa por cada tonelada de arqueo neto de las embarcaciones que llegan a puerto. La tonelada de arqueo neta es una medida que equivale a 2.83 metros cúbitos (100 pies cúbicos) aproximadamente, hecha a los compartimentos que llevan a carga o pasaje por los cuales la embarcación va a percibir un ingreso y el total de este tonelaje neto es una medida proporcional del valor comercial de un buque. Por tal motivo, esta tasa, aunque impositiva, es proporcionalmente justa para cualquier buque y debe ingresarse a la Tesorería de la Federación para regresar como presupuesto operativo de la Casa del Marino de Mazatlán. la incuria, la idiotez, de nuestros sabios portuarios pervirtieron este mecanismo de captación de fondos a tal grado que lo volvieron inoperante y dejaron la Casa del Marino de Mazatlán en un estado de indefensión económica que motivó la decisión de abandonarla olvidándose de que existe un compromiso legal de operarla y sostenerla. Si la Ley Federal del Trabajo lo ordena, si lo estipula el Convenio Internacional para el Bienestar de la Gente de Mar en Puerto aceptado ante la Organización Internacional del Trabajo y del cual México es signatario obligado, si existen los decretos presidenciales, si se aceptaron las Recomendaciones de los congreso de la Organización Internacional del Trabajo, etc., etc. ¿Cuál es la razón por la que la ley no se cumple?
Nosotros, los marinos mercantes mexicanos, no estamos encaprichados; no estamos mendigando favores de la autoridad; no deseamos la teta presupuestal como tantos funcionarios ineptos, acomodaticios, productos del nepotismo o del favoritismo político (ejemplos sobran). Nosotros estamos exigiendo que se cumpla la ley que prescribe el funcionamiento digno de la Casa del Marino de Mazatlán. La ausencia de observancia de la Ley por parte de los funcionarios públicos es lo que nos tiene sumidos, a nivel nacional, en este estado de postración social y económico y, en lo marítimo y portuario, no se ocupan, en general, más que de enriquecerse sin antes cumplir, al mejor nivel, con su obligación de mejorar los puertos, la flota marítima mercante, las instalaciones portuarias, la educación náutica, la flota pesquera comercial, la construcción naval, el turismo náutico y la pesca deportiva, a la cual están destruyendo permitiendo la destrucción depredadora de las especies reservadas.
Muy respetuosamente
Cap. de Altura Felipe de J. Hernández Ascencio.
Presidente del Patronato Pro Rescate de la Casa del Marina de Mazatlán. A.C.
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