Fuente: Mas Mar
La pasada semana ha tenido lugar en Londres una trascendente reunión del Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima Internacional (OMI) en la que se han acordado avances muy importantes en la regulación de las emisiones a la atmósfera por parte de los buques, tanto de gases contaminantes que son objeto del Anexo VI del Convenio MARPOL (óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y materia particulada en suspensión), como de los gases de efecto invernadero, en particular, de CO2. España ha participado activamente en el debate para alcanzar el acuerdo y ANAVE participó en la delegación española como asesora de la Administración.
Como resultado de la reunión se ha aprobado un nuevo texto normativo que incluye límites aún más estrictos sobre las emisiones de óxidos de azufre y de nitrógeno, que se aplicará a los buques a partir de 2010.
El acuerdo alcanzado puede calificarse, desde muchos puntos de vista, como el mejor de los posibles, por cuanto, conteniendo avances muy significativos en materia medioambiental, plantea unos objetivos realistas, compatibles con la tecnología existente y, por tanto, asumibles por los sectores naviero y petrolero mundial.
El sector naviero nacional e internacional apoya plenamente los avances en la reglamentación de las emisiones de los buques, pero considera que cualquier norma en este campo se debe acordar en el ámbito internacional (en este caso en la OMI) y debe asegurar la libre elección por los armadores de las tecnológicas disponibles para conseguir las soluciones más eficientes. El acuerdo alcanzado cumple plenamente estas condiciones y evitará previsiblemente el establecimiento de un conjunto de normas dispares por los diferentes países o regiones y, en particular, por la Unión Europea, ya que la Comisión había adelantado que era claramente partidaria de un marco global y que sólo a falta del mismo presentaría propuestas en el ámbito europeo.
En relación con las emisiones de CO2, es bien sabido que el buque es el modo de transporte más eficiente y que sus emisiones por unidad de transporte son muy inferiores al transporte por carretera y hasta 100 veces inferiores a las del transporte aéreo. Pretender forzar, a cualquier coste, a una reducción drástica de las emisiones de CO2 del modo marítimo podría impedir el desarrollo de las Autopistas del Mar y el Short Sea Shipping, con un efecto claramente negativo sobre las emisiones totales de CO2.
La OMI ha avanzado también en este campo, estableciendo unos objetivos generales y convocando para el próximo mes de junio, en Oslo, una reunión ad-hoc sobre gases de efecto invernadero, en la que se van a analizar un conjunto de medidas a corto y largo plazo para reducir las emisiones de CO2.
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