Fuente: RFI
El golfo de Aden ha sido testigo en los últimos diez días de la agresión a tres navíos por parte de piratas somalíes. El primero fue el velero de lujo francés Ponant cuya tripulación permaneció secuestrada durante una semana. Un atunero español que faenaba cerca de las aguas territoriales de Somalia el pasado domingo corrió la misma suerte y sus 26 tripulantes siguen secuestrados. Por último, un petrolero japonés consiguió escapar el lunes de un ataque de piratas.
El gobierno de transición de Somalia, país minado por la guerra, admite que no tiene los medios necesarios para luchar contra la piratería y pide ayuda a la comunidad internacional. Francia, tras el secuestro del Ponant, cuya tripulación fue liberada luego de que el armador pagara un rescate, ha propuesto la creación de una fuerza internacional bajo el mandato de la ONU para luchar contra los actos de piratería marítima.
La última víctima ha sido el pesquero español Playa de Bakio, asaltado el domingo con 26 personas a bordo, pescadores españoles y africanos. Madrid estudia la forma de liberarlos, como tuvo que hacer una unidad especial del ejército francés en el secuestro del Ponant a principios de mes. La tripulación está bien, según afirmó por teléfono el capitán del barco a Radio Nacional de España. "Soy el patrón del barco... Estamos bien todos, no hay problema, de momento no hay problema", dijo con voz titubeante.
Las autoridades españolas han enviado a la fragata Méndez Núñez”, que habría entrado en contacto con los piratas para negociar. Los piratas piden dinero, aunque de momento no ha trascendido la suma, un monto que en el caso francés alcanzó los dos millones de dólares. Pero ese botín pudo recuperarse, tras la detención de seis presuntos piratas que fueron procesados en Francia por secuestro.
El reto para acabar con estos grupos es de envergadura. La zona del golfo de Aden, en el Océano Indico, es una de las principales rutas del transporte de petróleo hacia Europa y Estados Unidos. Desde los atentados del 11 de septiembre de 2002, una fuerza marítima internacional custodia esas aguas en el marco de una operación de lucha contra el terrorismo. Bautizada con el nombre de “TF 150”, Francia tomó el mando en febrero por quinta vez.
El objetivo de esta fuerza es evitar cualquier movimiento de terroristas entre Afganistán, la península arábiga y el cuerno de Africa, y entre sus cometidos también está luchar contra la piratería: "Una fuente de ingresos para los jefes de guerra somalíes", explica Cyrus Mody, uno de los responsables del Bureau Marítimo Internacional (BMI). A pesar de la gran presencia militar, los piratas adaptan su estrategia: "Conscientes de la presencia de la marina, los asaltantes se mantienen a una distancia prudente antes de pasar al ataque", añade Mody. En el año 2007 se registraron 263 actos de piratería, 10% más que el año anterior.
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