Fuente: Diario Sur
El sector naval se ve obligado a contratar a inmigrantes y jóvenes sin formación ante la falta de soldadores, montadores o tuberos
ELISA GARCÍA
La cartera de pedidos de los astilleros españoles, tanto públicos como privados, «es alta, bate récords históricos y se mantendrá así durante los próximos años». Pero existe una cara negativa ante este boyante panorama que impide que los balances económicos resulten lo satisfactorio que sería de esperar. Las últimas reestructuraciones del sector y los ajustes laborales han dejado «vacías» las plantillas de personal especializado. Faltan soldadores, caldereros, montadores, tuberos, etc. Para paliar la carencia de mano de obra cualificada, las factorías se ven obligadas a contratar inmigrantes y jóvenes sin formación, medida que retrasa y encarece la construcción de buques.
La voz de alarma corresponde a UGT. El sindicato explica que el naval «es un sector con mala imagen» debido a los reiterados procesos de reconversión sufridos en las últimas décadas. Los buenos profesionales buscaron hace tiempo alternativas en áreas consideradas «más pujantes» como la aeronáutica, los montajes o el mantenimiento de grandes complejos industriales.
Buques militares
La situación se ha agravado con la modernización de los buques militares, que además, han tenido que adaptarse a la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Los interiores de estos barcos son de madera y para su renovación se precisan carpinteros y ebanistas de primera, profesionales que tampoco se encuentran en el mercado laboral.
Carlos Romero, de la federación de Metal, Construcción y Afines (MCA) de la central sindical, afirma que como primer paso para subsanar las carencias descritas, los astilleros utilizaron a los trabajadores de las empresas auxiliares, iniciativa insuficiente. Posteriormente, han recurrido a los inmigrantes, quienes cuando no tienen falta de formación carecen del reconocimiento legal de su cualificación, lo que provoca problemas añadidos.
En este sentido, Romero denuncia que «muchos empresarios intentan aprovechar la coyuntura para incluir a los extranjeros en categorías profesionales de menor nivel». «Otros acuden a la contratación en origen con la pretensión de aplicar a los inmigrantes el convenio de su país, lo que genera conflictos que muchas veces terminan en los tribunales», añadió. En definitiva, la contratación de extranjeros sin cualificación demora la realización de las tareas especializadas.
En cuanto a los cursos de formación emprendidos desde la Gerencia del Sector Naval todavía es pronto para conseguir resultados positivos a corto plazo. Romero señala que la falta de buena imagen impide encontrar, entre los estudiantes de Formación Profesional, jóvenes interesados en la construcción de barcos. Por ello, España se ha sumado a la celebración de una semana europea (del 7 al 11 de abril). La campaña trata de impulsar el interés de los trabajadores hacia el mercado laboral de los astilleros.
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