Fuente: Por Esto!
Los planes para instalar una acerera que maquilará torres para la industria petrolera y la reciente licitación para operar una terminal portuaria especializada en la reparación y mantenimiento de plataformas y embarcaciones de gran tamaño son signos de que PEMEX estaría perforando pozos en Yucatán en un plazo menor al que sostienen las autoridades federales y estatales
PEMEX estará perforando pozos en Yucatán en un plazo menor al que sostiene el discurso oficial, pues hay varios hechos significativos que así lo indican:
1.- Está en vías de instalarse en la Entidad una acerera que maquila torres para la industria petrolera, según anuncio hecho por el titular de la Secretaría de Fomento Económico del Ejecutivo estatal.
2.- La Administración Portuaria Integral de Progreso lanzó recientemente la licitación API/PRO/01/08 para el uso, aprovechamiento y explotación de una superficie federal terrestre y marítima en ese puerto para construir, equipar, usar, aprovechar, operar y explotar una terminal portuaria especializada para la reparación y mantenimiento a plataformas y embarcaciones de gran envergadura.
3.- Desde el 2006 se instaló en Progreso una empresa especializada en la reparación y construcción de plataformas dedicadas a la exploración y explotación de petróleo, que pertenece a la transnacional Beacon Maritime.
4.- Legisladores federales han subrayado que no es necesario que México destine cuantiosos recursos para la explotación del petróleo y gas ubicados en lo profundo del Golfo de México, sobre todo cuando tiene a su disposición yacimientos en aguas someras (de poca profundidad), como las que consigna el Proyecto Progreso, que contempla la perforación de 23 pozos petroleros en aguas nacionales frente a las costas de Yucatán y Campeche.
Con base en lo anterior se puede afirmar que tanto las autoridades federales como estatales de nueva cuenta ocultan información sobre los planes de PEMEX en Yucatán.
Las proyecciones de Pemex
En mayo del 2004, POR ESTO! reveló que Petróleos Mexicanos, en los años 2003-2004, había solicitado a la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat) que le aprobara la Manifestación de Impacto Ambiental, elaborada por el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), en la que se indicaba que esa paraestatal empezaría a perforar en el 2005 un total de 23 pozos exploratorios del Proyecto Progreso, 18 en aguas nacionales frente a costa de Yucatán y 5 frente a Campeche, con una inversión de 5 mil 643 millones 441 mil pesos.
El pozo Likil-1, sobre un tirante de agua de 46 metros y a unos 94 kilómetros del puerto de Progreso, sería el primero que se haría a partir de febrero del 2005, según exponía el estudio de impacto ambiental.
Ese mismo año (2005), se realizaría el pozo Kaxanbil-1, ubicado sobre un tirante de agua de 103 metros, pero frente a Campeche, en tanto que en el 2006, el proyecto contemplaba la perforación de cuatro pozos denominados Chanbeh-1, Canek-1, Lakmal-1 y Layil-1, este último ubicado a escasos mil 500 metros (1,500) del polígono del Parque Nacional “Arrecife Alacranes”.
Es decir, el pozo más próximo a una de las reservas coralinas más importantes de México, estaría a tan solo kilómetro y medio, y por lo menos otros diez pozos rodearía por completo la reserva, ubicado en diferentes posiciones, lo que pondría en grave peligro la flora y fauna de esa biodiversidad marina.
Los 23 pozos del proyecto original estarían distribuidos en un polígono de 118 mil 507 kilómetros cuadrados de la denominada geológicamente Plataforma Yucateca, pero extrañamente el documento que se dispuso en ese entonces en la página web de la Semarnat no contaba con los planos de localización, por lo que POR ESTO! se abocó, con el apoyo de especialistas, a ubicar geográficamente los puntos donde quedarían instalados los pozos.
El documento destacaba que “el sitio donde se llevarían al cabo las actividades de perforación queda dentro del mar territorial (Plataforma Marina de Yucatán), zona que el Ejecutivo Federal otorgó la concesión a Pemex para la realización de actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, prescrito por la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo”.
Según lo planeado, en el 2007 se desarrollarían cinco pozos que eran el Lail-1, Maktsil-1, Machab-1, Lut-1 y el Lekeb-1; dos en el 2008 que eran el Ulum-1 y el Lek-1; otros dos en el 2009 que eran Muuk-1 y el Ukán-1; uno en el 2010, el Ukín-1; dos en el 2011, el Basic-1 y el Muktah-1; dos en el 2012, el Wachil-1 y el Uchil-1; dos en el 2013, el Wakanko-1 y el Lahket-1, y uno en el 2014, el Wachal-1.
Los pozos están incluidos dentro del programa de Exploración y Producción de la Región Marina Noreste de Pemex Exploración y Producción (PEP), con base en Ciudad del Carmen, Campeche, y se espera que entre 13 y 14, del total de los 23, resulten productores, tomando en cuenta que el porcentaje de éxito en pozos terminados fue de 60 por ciento durante el 2003.
Objetivo: aumentar y explotar reservas
El estudio de Pemex argumentaba que “debido a la declinación de los yacimientos petroleros en la Sonda de Campeche, se tiene contemplado incrementar la exploración en áreas nuevas, con la finalidad de mantener e incrementar el volumen de las reservas de hidrocarburos del país; por ello, PEP ampliaba su programa de exploración y producción en la región, impulsando mayores inversiones en el corto y mediano plazo a sector, integrándose a los objetivos del Plan de Negocios 2003-2010, así como a los planes de desarrollo estatales de Campeche y Yucatán”.
De acuerdo con la vocación de Pemex Exploración y Explotación, se continuaría con la exploración del subsuelo con el fin de descubrir nuevos yacimientos para lograr mantener la producción, satisfacer tanto el abasto nacional de hidrocarburos como los compromisos internacionales establecidos, e incrementar las reservas petroleras del país.
El objetivo específico de la perforación de los pozos exploratorios es evaluar las reservas potenciales de hidrocarburos (aceite y gas) en las trampas estratigráficas y estructurales, compuestas por secuencias terrígenas de Neógeno y carbonatadas/terrígenas del Mesozoico, obteniendo así información relacionada con los espesores de secuencias estratigráficas, características litológicas, rocas generadoras, rocas almacén y rocas sello, velocidades sísmicas, cambios de facies, así como la evaluación de su potencial económico y petrolero.
En la perforación, Pemex utilizaría plataformas autoelevables para tirantes de agua menores de 80 metros y plataformas sumergibles para tirantes de agua mayores a 80 metros.
El tipo sumergible presenta un área aproximada de cinco mil 239 metros cuadrados y se requiere de un radio de 0.5 kilómetros como superficie de seguridad, y el autoelevable, un área de tres mil 600 metros cuadrados y un radio de 0.5 kilómetros como seguridad.
Los pozos se perforarán a profundidades que van de dos mil a seis mil metros, con tirantes de agua que fluctúan entro los 42 y los 239 metros.
Las revelaciones de POR ESTO! provocaron, primero, una aguda preocupación de quienes tienen propiedades en la costa y, después, una preocupación de todos los sectores por las repercusiones negativas, tanto sociales como económicas, que trae consigo la explotación petrolera.
Para tratar de convencer de las “bondades” del proyecto a los yucatecos, la Semarnat y el Ejecutivo estatal de aquel entonces convocaron a una serie de reuniones y foros de especialistas y técnicos expertos en cuestiones marinas y de protección de la flora y fauna, así como en estudios y desarrollos socioeconómicos, así como llevar a cabo una consulta ciudadana.
El rechazo fue casi unánime y el gobierno de “Los Amigos de Patricio”, que en un principio apoyó y aplaudió el proyecto por los intereses económicos que generaría, no tuvo más remedio que dar marcha atrás, aunque no pudo ocultar su desencanto por el aplazamiento del proyecto.
Petróleos Mexicanos, por su parte, aseguró que el Proyecto Progreso no se realizaría en el corto plazo porque no era redituable, aunque continuó realizando levantamientos en el mar para determinar la ubicación y posible abundancia del hidrocarburo.
Lo cierto es que el proyecto nunca ha sido descartado del todo y, por lo que apuntamos arriba, ha vuelto a cobrar actualidad con la discusión nacional que se registra por los aires privatizadores del gobierno espurio de Felipe Calderón, quien mantiene la postura de asociarse con el capital extranjero, con el argumento de que si no lo hace el país perdería la oportunidad de extraer el hidrocarburo que se encuentra en uno de los yacimientos más grandes del Golfo de México, pero que comparte con EE.UU, en aguas profundas de esa zona continental.
Esto ha sido duramente rebatido por diversos sectores del país y por el Gobierno Legítimo que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Legisladores del Frente Amplio Progresista y del Partido de la Revolución Democrática, así como una parte del Partido Revolucionario Institucional, han planteado su rechazo y han esgrimido que de acuerdo con el trabajo de Ingenieros Petroleros y Geofísicos Asociados (IPYGA), las zonas frente al litoral de Campeche podrían producir hasta un millón de barriles diarios de petróleo, que representan una tercera parte de la producción anual.
Según estimaciones, esa región requeriría 2 mil 400 millones de dólares para el desarrollo de 200 pozos y 2 mil millones más en infraestructura.
El reporte destaca que para que incrementar a corto plazo las reservas petroleras y de gas, Pemex deberá acelerar el desarrollo de campos descubiertos en la Sonda de Campeche, en el litoral marino de Tabasco, así como en los campos de la plataforma continental Veracruz.
El Informe también indica la situación del yacimiento Sihil, descubierto en 1999 y que a la fecha no ha sido desarrollado, posee reservas de mil 140 millones de barriles.
Los que se preparan
Se sabe con certeza que los planes de expansión de empresas estratégicas y de gran envergadura, como PEMEX, no se ponen en marcha de la noche a la mañana sino con varios años de antelación.
Beacon Marítima S.A.de C.V., que es representada por el Ing. Naval Mario Candelario Carlín, es una compañía estadounidense establecida en Orange (North Yard), Sabine Pass (South Yard) y Jasper, Texas.
En su momento esta empresa anunció una inversión de siete millones de dólares en Yucatán, para establecer un astillero especializado en mantenimiento, reparación y construcción de plataformas petroleras móviles para dar servicio de Petróleos Mexicanos en el Golfo de México, que contrataba esos trabajos en Alabama o Luisiana.
El astillero de Beacon crearía de 300 a 400 nuevos empleos directos y 200 indirectos y generaría una buena derrama económica por la compra de acero, madera e insumos eléctricos y mecánicos; su director aseguró que en el 2006 ya había conseguido contratos para dar mantenimiento en Progreso a 3 plataformas que permanecerán 1 año, 6 meses y 3 meses respectivamente en el lugar.
Sin embargo, a casi dos años de ese anuncio, Beacon renta un local a un costado de la Terminal de carga general.
Por otra parte, llamó la atención la convocatoria para privatizar otra terminal especializada para la reparación y mantenimiento a plataformas y embarcaciones, la cual está en proceso y en la que curiosamente participa Beacon.
La convocatoria se hizo pública el pasado 11 de marzo, el mismo día en que se anunció la polémica designación de Mario César Cuen Aranda como nuevo director de la Administración Portuaria Integral de Progreso.
Según la convocatoria, los servicios que podrá proporcionar en la Terminal el ganador de la licitación se relacionan con la reparación y reacondicionamiento de plataformas, fabricación y reparación de tramos de armazón de vigas en voladizo; equipamiento de módulos habitacionales; reparación y reacondicionamiento de helipuertos; reparación y reacondicionamiento de cascos; ampliación y reacondicionamiento del lecho de perforación; instalación y reparación de sistemas de elevación; fabricación de estructuras metálicas, partes componentes y accesorios relacionados con la perforación marina; construcción y fabricación de espacios fijos o móviles para uso habitacional de trabajo o recreo, móviles o adheridos al lecho marino, para personal de la industria de la perforación del subsuelo marino, la prestación del servicio portuario de reparación de embarcaciones a flote, entre otros servicios afines, así como la prestación dentro de la Terminal, de los servicios que se refiere la fracción III del Art. 44 de la Ley de Puertos, que consisten principalmente en las mencionadas para la transferencia de los bienes necesarios para la reparación y mantenimiento a plataformas y embarcaciones.
La concesión constará de una superficie de 25,100 metros cuadrados, es decir, 2.5 hectáreas, que se integra de 15,600 metros cuadrados de zona federal terrestre y 9.500 metros cuadrados de zona federal marítima, localizado en el lado poniente del viaducto de comunicación del puerto, entre los encadenamientos 3+700 hasta el km 3+800.
Las bases del concurso tendrán un costo de 90 mil pesos más IVA y el fallo se realizará el 11 de agosto de este año.
Recientemente el Secretario de Fomento Económico del gobierno del Estado, Jaime Zetina González, reveló que está en vías de instalarse en Yucatán una acerera que maquila torres para la industria petrolera.
Aunque el funcionario se esforzó por subrayar que la producción de esa acerera tendrá como destino final Venezuela, no suena lógico instalar una industria de este tipo lejos de su mercado natural, a no ser que, como se supone, en realidad su cliente principal no sea Petróleos de Venezuela sino Petróleos Mexicanos.
(Jaime Vargas)
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