martes, 29 de abril de 2008

El Año Internacional del Arrecife

Fuente: Por Esto!

Impacto Ambiental
Juan José Morales

Por si usted no lo sabía, este es el Año Internacional del Arrecife. Y aquí cabe precisar que si bien el término arrecife se refiere a cualquier escollo sumergido, en el lenguaje usual, e incluso en el científico, se emplea en referencia a los arrecifes de coral, como los que tenemos en una extensa cadena a todo lo largo de la costa oriental de la península de Yucatán y en formaciones aisladas al Norte y Oeste.

Pues bien, mucho hay que decir sobre la importancia de estas formaciones marinas, desde su eficacia como rompeolas naturales que protegen la costa del embate de tormentas y huracanes, hasta su valor como atracción turística. No hay que olvidar, por ejemplo, que el auge turístico de Cozumel comenzó por la afluencia de aficionados al buceo que visitaban las formaciones coralinas de la isla. Pero hoy vamos a limitarnos a un aspecto que usualmente se pasa por alto: la enorme importancia económica de las pequeñas formaciones arrecifales del Golfo de México.

El Golfo tiene la singularidad de que en toda su gran extensión de 1.6 millones de kilómetros cuadrados no hay una sola isla auténtica. Aparte de las llamadas islas de barrera —las franjas arenosas del litoral separadas de tierra firme por lagunas, marismas y pantanos, que en sentido estricto usualmente no se consideran islas— sólo se encuentra un puñado de minúsculos islotes, todos ellos de origen coralino, y todos ellos pertenecientes a México.

Así, 140 kilómetros al Norte de Progreso en Yucatán, se encuentran los cinco islotes arenosos del arrecife de Los Alacranes: Isla Pájaros o Blanca, Isla Chica, Isla Pérez, Isla Muertos o Desertora e Isla Desterrada. De ellas, la mayor es Isla Pérez, con 870 metros de largo y entre 150 y 180 de ancho.

Frente a las costas de Campeche se ubica Cayo Arcas, un arrecife coralino de tres kilómetros de largo del cual emergen tres pequeños cayos arenosos. Hay también un par de pequeños cayos semejantes en los arrecifes de Triángulos, también en la Sonda de Campeche.

Sobre todas estas diminutas islas México ha reclamado soberanía, mantiene en ellas guardafaros y destacamentos de infantería de marina, y realiza actividades económicas. Alacranes, además de ser una importante zona de pesca, es muy visitada por turistas y aficionados al buceo ya que las extensas y hermosas formaciones coralinas se encuentran a poca profundidad en aguas tranquilas. También, el arrecife es un verdadero cementerio de buques, con más de un centenar de naufragios conocidos, algunos de ellos bastante recientes y que son igualmente un atractivo turístico.

Arcas es utilizado como punto de embarque del petróleo crudo extraído en las cercanas plataformas marinas de PEMEX. Ahí pueden operar buques cisterna de hasta 250 mil toneladas de peso muerto, aunque el costo de ello ha sido la destrucción de las grandes formaciones de coral Acropora cervicornis, popularmente llamado cuerno de venado.

Pues bien, independientemente de la importancia de esas actividades económicas, el gran valor de los islotes arrecifales de la plataforma continental de la península, es que han permitido a México extender considerablemente la extensión de su zona económica exclusiva, o mar patrimonial como también se le denomina. Es decir, el área de aguas marinas aledaña al territorio de un país sobre cuyos recursos naturales puede reclamar derechos exclusivos esa nación. La ZEE abarca 200 millas náuticas medidas desde la costa del territorio, ya sea del continente o de una isla.

Esto significa que las 200 millas (370 kilómetros) no se miden a partir de la costa de la península, sino de los islotes de Alacranes y Arcas, con lo cual se amplía considerablemente. Lo mismo ocurre con los islotes de la Sonda de Campeche.
Y, obviamente, al tener mayor extensión de mar patrimonial, México cuenta con mayores recursos naturales, entre ellos petróleo.

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