sábado, 8 de marzo de 2008

Un mercante que iba a Pasajes queda embarrancado en las rocas de Jaizkibel

Fuente: Terra

El buque mercante Maro que encalló el jueves a medianoche a dos millas del cabo de Higuer, cuando se dirigía a Pasaia, puede hundirse si se intenta reflotar. Ahora 'su situación estructural y de estabilidad podría ocasionar su hundimiento una vez a flote'. Además, el capitán se niega a abandonar el barco, contraviniendo las órdenes tanto del armador como de la Capitanía Marítima. Lo que durante todo el día se había convertido en un espectacular accidente, que se iba a resolver con un reflotamiento aprovechando la pleamar de la tarde, adquirió tintes dramáticos al anochecer.

La Subdelegación del Gobierno transmitió a última hora un comunicado en el que aseguraba que el barco no tiene ahora estabilidad para poder ser reflotado con los remolcadores desplazados al lugar, 'pudiendo hundirse si se procediera a dicha operación'. Anoche los técnicos de la Capitanía Marítima de Pasajes y Salvamento Marítimo estudiaban la forma de bombear el gasóil de combustible y los aceites que tiene el buque.

El carguero, de 96 metros de eslora y que navegaba en lastre desde Bayona hacia el puerto guipuzcoano para cargar perfiles de acero con destino al Reino Unido, tiene inundada la sala de máquinas y las bodegas también están anegadas. Este estado de cosas explica que se pospusiera el reflotamiento, que se había previsto para primera hora de la tarde, aprovechando la pleamar.

Fuentes de Salvamento Marítimo habían explicado que una maniobra para remolcar el buque 'es muy compleja porque requiere calibrar el estado de la estructura y otros factores. No se puede remolcar a la brava'.

Avanzada la tarde, el capitán y los técnicos de la empresa remolcadora que se encontraban a bordo desistieron de mover el Maro, que sigue varado sobre roca en su mitad de popa, mientras que la proa se mantiene 'libre de fondo', sobre el agua.

Dado el estado en el que está el interior del barco, mientras no se drene el agua y se logre estabilizar la embarcación, la operación de reflotamiento deberá aplazarse, con el consiguiente riesgo de que los embates del mar originen más desperfectos.

Las circunstancias en las que se produjo el accidente del barco, de la armadora estonia United Marine Management y que navega con bandera de conveniencia de La Antigua y Barbuda (Caribe), permanecían ayer en penumbra. La versión más extendida explicaba vagamente que se produjo un 'fallo en las máquinas' y que el buque se fue contra las rocas entre Hondarribia y Punta Turulla.

Otras versiones apuntaban otros motivos para la peligrosa escora del barco que chocó contra la costa poco antes de la medianoche. Una señalaba que el buque pudo haberse quedado sin energía eléctrica por una avería y que quedó a la deriva. Esta hipótesis se fundaría en que las comunicaciones con el Maro habrían quedado interrumpidas cuando seguía la estela de otro barco, camino de la bocana pasaitarra. Una tercera versión apuntó a que navegaba con piloto automático y el barco dio contra los salientes pedregosos.

Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Fomento, desplegó un gran dispositivo para minimizar las consecuencias del siniestro. A pesar de que el capitán en un principio no consideró necesaria la evacuación, finalmente pidió ayuda para desalojar el barco. Seis de los siete tripulantes fueron evacuados por el helicóptero de Salvamento Marítimo en perfecto estado de salud y conducidos hasta el aeropuerto de Hondarribia.

Con el propósito de incrementar la estabilidad del buque, éste se unió mediante un cabo al remolcador Salvamar Orión. Por la tarde también llegó el remolcador Alonso de Chaves procedente del puerto de Gijón. Salvamento Marítimo también desplazó al lugar a un equipo de buzos de la Base Estratégica de A Coruña, trasladado por el avión Rosalía de Castro. También se desplazaron al lugar un responsable de Coordinación de Emergencias del Gobierno Vasco y técnicos del Departamento de Medio Ambiente.

El Plan Nacional de Contingencias fue activado y desde ese momento técnicos y responsables de la Capitanía Marítima, Salvamento Marítimo y Gobierno Vasco formaron un organismo rector que analiza la situación con la colaboración de la compañía armadora y su empresa aseguradora.

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