miércoles, 26 de marzo de 2008

Empresa - ¿Alfombra roja?

Empresa
Alberto Barranco
Fuente: El Universal

¿Alfombra roja?

Una de dos: la incapacidad de planeación de Petróleos Mexicanos (Pemex) en materia de refinación la fue llevando inexorablemente al callejón, o se llegó a éste en forma deliberada para solicitar el auxilio de la inversión nacional y extranjera a título de salvavidas, no de intrusa. Alfombra roja para la heroína

El caso es que desde 1979 la empresa pública no ha incrementado su capacidad de transformar petróleo crudo en gasolinas, provocando una catarata creciente de importaciones.

A quién le importa si en el camino se diluyó la promesa de sustituir de inmediato la refinería de Azcapotzalco, cerrada en 1991 por órdenes del ex presidente Carlos Salinas De Gortari, que le ofrecía combustible a 15 millones de habitantes del Valle de México, producto de los yacimientos de la Faja de Oro, la Sonda de Campeche, Tampico, Minatitlán, Poza Rica y Tula.

La cancelación de las 14 plantas de refinación, tres plantas petroquímicas y 218 tanques de almacenamiento, a título de evitar una catástrofe en un núcleo densamente habitado del norte de la ciudad de México, provocó la pérdida de 6 mil empleos directos y 15 billones de pesos.

A quién le importa, en abundancia, si las obras de modernización y reconfiguración de las refinerías de Salamanca, Madero y Cadereyta naufragaron en el mar de corrupción de la empresa pública, al punto de que casi una década después esta última no opera con la totalidad de su planta instalada, en un escenario de litigios con el consorcio coreano a quien se le adjudicó el contrato.

De hecho, a partir de 1996 la inversión de la paraestatal en la materia parece ridícula frente al monto destinado para la exploración de yacimientos, en un horizonte en que las principales petroleras del planeta empatan las cifras para correr en paralelo.

Si en ese año se destinaron 39 mil 393 millones de pesos para el segundo capítulo, para el primero sólo hubo 8 mil 756. Ahora que el abanico se hizo colosal a partir de 2004, en que las cifras fueron de 122 mil 129 millones contra 5 mil 92, para llegar el año pasado a 141 mil 500 contra 23 mil 400.

Los años menos traumáticos fueron 2001 y 2002, cuando los montos se ubicaron en 53 mil 834 contra 23 mil 345, y 66 mil 208 contra 16 mil 909.

La paradoja del asunto es que el gozo se fue al pozo cuando tras el anuncio del presidente Felipe Calderón en el marco del aniversario número 70 de la expropiación petrolera, de que se construiría una nueva refinería, los técnicos de Pemex salieron con que tardarían tres meses en analizar la factibilidad.

El caso es que de acuerdo a las proyecciones de la Secretaría de Energía entre el año pasado y el 2015 México tendrá que importar gasolinas por más de 53 mil millones de dólares, y gas natural por 38 mil millones, en un escenario en que la exigencia de abasto de éste se vuelve compulsiva ante la multiplicación de las plantas de ciclo combinado de particulares o de la Comisión Federal de Electricidad… en un problema más de falta de planeación.

De hecho, para darle cauce al torrente se están construyendo tres plantas almacenadotas ubicadas en Altamira, Manzanillo y Ensenada… que operarán, naturalmente, empresas extranjeras.

Ahora que en un escenario de incongruencia absoluta hete aquí que Pemex Refinación le compra a Pemex Exploración y Producción el crudo disponible a precios por encima de la media internacional, pese a su alta cantidad de azufre.

Peor aún, dada la incapacidad de refinar de golpe la totalidad de los inventarios, el precio de éstos debe pagarse al monto de la facturación internacional.

Lo inaudito del asunto es que de aprobar el Congreso la posibilidad que planteará la iniciativa que se colocará en los próximos días en la mesa, de que el sector privado nacional o extranjero participe en la construcción y explotación de refinerías, éste tendría un tratamiento distinto.

De entrada, las firmas que entrarían a la rebatiña seleccionarían las mejores localizaciones; adquirirían el petróleo crudo que más les conviniera; refinarían los productos más rentables, que venderían a precio de mercado… donde más les sea redituable.

Más allá, no estarían atados a los resultados de otras empresas del grupo; no se comprometerían al abastecimiento interno en situaciones desventajosas, y pagarían impuestos como cualquier otra empresa.

Peladito y en la boca.

Naturalmente, sería ingenuo pensar que su principal objetivo sería obtener la más alta rentabilidad en el menor tiempo posible.

Y suponiendo sin conceder que se les impusieran limitaciones en función del interés del país, exigirían compensaciones en forma de semimonopolios de productos o regiones y negocios, como gasolineras y sistemas de transportación… para no hablar de eliminar el control de precios a las gasolinas y derivados.

¿Tendemos la alfombra roja ante lo que en el papel parece inevitable?

Balance general

A la callada la Secretaría de Economía le impuso un impuesto compensatorio a las importaciones de placas de acero en hoja provenientes de China, al comprobar su competencia desleal con los productores locales.

Estamos hablando de la práctica conocida como discriminación de precios, es decir, vender por abajo del precio real de mercado.

El monto del castigo es de 29.27% del precio ad valorem del producto.

La sanción llega tras el borrón y cuenta nueva decretado por la Organización Mundial de Comercio (OMC) frente a las cuotas compensatorias aplicadas hasta el 12 de diciembre del año pasado.

Se diría, pues, que el país de la muralla mantiene intactas sus prácticas.

Pase automático

De prosperar una propuesta colocada en la mesa por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles, el Buró Nacional de Crédito estaría obligado por ley a depurar en automático sus listas negras de usuarios morosos, sin esperar a que éstos soliciten su baja.

El cálculo del organismo es que bajo esta fórmula se agilizarían los procesos de adjudicación de préstamos bancarios, en un escenario en que las ventas internas de vehículos se mantienen deprimidas.

En paralelo, la AMDA plantea modificar las facultades de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.

Gozo al pozo

De acuerdo con copias de facturas en poder del columnista, el costo por entrada y salida de un crucero standard de 45 mil toneladas al puerto de Cozumel alcanza 22 mil 890… dólares.

Estamos hablando de 14 mil por concepto de uso de infraestructura portuaria, del cual una parte se queda en la Administración Portuaria Integral y el resto se va a la concesionaria privada.

Más allá, el costo de los pilotos que atracan el navío es de 2 mil dólares, en tanto la lancha que los lleva al sitio donde espera el crucero es de 450.

Más allá, existe un cargo de 800 dólares por “agenciamiento”; otro de 340 por “derechos de capitanía”, y uno más de 300 por “derechos de migración”.

El monto total contrasta brutalmente con los costos de muelles en Miami, en Barcelona o en cualquiera de las islas del Caribe.

Y luego se quejan de falta de competitividad.

Reforma o impuestos

De acuerdo con la calificadora estadounidense Fitch Ratings, de no concretar el gobierno una reforma en el sector energética que incluya la posibilidad de asociaciones estratégicas con el capital privado nacional o extranjera, su única salida frente al fuerte viento que soplará desde Estados Unidos ante la recesión en puerta, sería incrementar los impuestos.

Así como lo lee usted.

albertobach@yahoo.com.mx

barrancoalberto@prodigy.net.mx

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