Fuente: El Universal
México- , diesel, turbosina y gas licuado de petróleo (LP) en prácticamente todo el litorial del Pacífico mexicano y "hasta un paro total o parcial de la refinería Antonio Dovalí Jaime", según detalla Pemex.
Información clasificada por la paraestatal como reservada, revela que la infraestructura marítima en la que recibe y distribuye productos petrolíferos del lado del Pacífico presenta "condiciones de riesgo y de extrema incertidumbre" no sólo para la empresa sino para los trabajadores y los barcos que llegan a cargar.
A lo largo de este litoral se distribuye actualmente casi 40% de las ventas nacionales de combustibles a través de los puertos de Acapulco, Lázaro Cárdenas, Manzanillo, Mazatlán, La Paz, Topolobampo, San Carlos, Guaymas, Isla Cedros, La Libertad y Rosarito.
El director de Pemex Refinación, José Antonio Ceballos Soberanis reconoce a través de la Gerencia de Operación y Mantenimiento de la paraestatal (GOMM) que "si no se cuenta con instalaciones apropiadas se puede provocar desabasto temporal de gasolinas Magna, Premium, Turbosina, Diesel y Diesel Industrial", hasta por un volumen de 276 mil barriles diarios.
Los diagnósticos presentados a la Comisión Intersecretarial Gasto-Financiamiento que encabeza la Secretaria de Hacienda, señalan que la terminal marítima de Salina Cruz no sólo recibe productos de la refinería Antonio Dovalí, sino que presta servicios portuarios a Pemex Gas y Petroquímica Básica para el embarque de gas LP y amoniaco y a Pemex Exploración y Producción para el embarque de crudo Maya e Istmo de exportación, actividades que podrían verse afectadas.
Plantean soluciones
Pemex considera que hay forma de solucionar el problema que existe en estas dos terminales.
Así, en Salina Cruz, pretende complementar la infraestructura existente que es un proyecto inconcluso y que costará mil 450 millones de pesos.
Para este año, otorgará una partida inicial por 40.2 millones de pesos.
Para la terminal de La Paz, pretende construir un muelle nuevo con capacidad de 45 mil toneladas de peso muerto con un costo total de 195.4 millones de pesos.
En 2008, el proyecto recibirá 48.3 millones de pesos, iniciativas que pretenden reducir el riesgo por el que atraviesan los embarques de combustible actualmente.
Hasta hoy, poco más de 80% de los combustibles producidos en la refinería Antonio Dovalí se movilizan vía marítima (aproximadamente 261 mil barriles diarios), a pesar de que la terminal "no cuenta con infraestructura portuaria y naval suficiente y adecuada, ya que sólo dispone de un muelle de carga que no opera como tal, sin considerar que las maniobras de amarre y desamarre de buquetanques se realizan bajo condiciones de alto riesgo".
Estas instalaciones, según la propia paraestatal, presenta "niveles crecientes de saturación, ocasionando estadías cada vez más prolongadas de las embarcaciones que llegan por productos; disminución de los flujos de carga al tener que abastecer más de un buque simultáneamente; y, alrededor de 90 mil toneladas de roca que forman la base de tierra del puerto están dañadas por la onda de marea, entre otros factores.
De hecho, Pemex plantea que existe la posibilidad de "suspender operaciones de la terminal ocasionando un caos en la producción de la refinería Antonio Dovalí (paro total o parcial), recurriendo al uso de distribución por ruedas, lo cual incrementaría substancialmente el costo de distribución de productos petrolíferos".
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