La normativa, que entrará en vigencia en 2012, es rechazada por la mayoría de los operadores portuarios del mundo, por las demoras y costos que significará.
Fuente: Diario Financiero
Paula Namur Y.
A partir de 2012 todos los contenedores que sean enviados a Estados Unidos deberán ser escaneados uno por uno con una máquina de rayos X en el puerto de origen.
Esta ley, ratificada a comienzos de mes por la Casa Blanca, producirá grandes cambios en el mercado de carga marítima, ya que los puertos no sólo tendrán que adquirir nueva maquinaria, sino que el tiempo de permanencia de los barcos en los puertos aumentará.
La norma, conocida oficialmente como “Implementing Recomendations of the 9/11 Comission Act of 2007”, es parte de las medidas que Estados Unidos está tomando a partir de los ataques de septiembre de 2001, para evitar que terroristas intenten ingresar armas o explosivos dentro de los contenedores.
Actualmente Estados Unidos importa cada año 12 millones de contenedores con productos desde distintas partes del mundo, por lo tanto, esta ley, que reemplaza al sistema actual donde menos del 5% de los contenedores son escaneados, demorará más el proceso de arribo de los barcos.
Antes de entrar a Estados Unidos cada contenedor deberá pasar por grandes máquinas de rayos X, que buscarán formas sospechosas dentro de estas cajas de metal.
Tiempo y costo
Pero los puertos alrededor del mundo no cuentan con suficiente equipamiento, por lo que deberán adquirirlo.
Se calcula que cada máquina de rayos X o gamma, tiene un costo de
US$ 5 millones.
Los más beneficiados con la nueva normativa son los fabricantes de los nuevos equipos, ya que con cerca de 700 puertos en todo el mundo obligados a realizar ajustes, se espera una avalancha de pedidos.
Según los analistas de la industria, los puertos deberán comprar entre uno y 10 escáners o simplemente dejar de exportar a ese país.
Para la Unión Europea, gran detractora de la medida, el costo inicial de comprar y mantener escáners será de US$ 100 millones por puerto, demasiado elevado para los operadores más pequeños.
Los terminales que no puedan costear este precio, deberán enviar sus cargas a través de algún otro que sí pueda, elevando sus costos y reduciendo su atractivo.
Sin embargo, los operadores de puertos critican que el principal perjuicio, más allá de la gigantesca inversión en escáners, será el mayor tiempo de espera, es decir, los días que los contenedores pasan esperando en los muelles antes de salir con destino a los puertos estadounidenses.
Según las estimaciones, después de que la norma comience a regir en 2012, el tiempo promedio de espera no será de cinco días, como hoy, sino de siete; lo cual congestionará los terminales de envío, reducirá su capacidad y costará más dinero.
Se gana y se pierde
Los tres principales proveedores internacionales de escáners de contenedores son Nuctech, de China, Science Applications Internacional, empresa contratista del departamento de Defensa de Estados Unidos, y Smiths Heinmann, de Europa.
Según especialistas, los pedidos ya llegan a varias docenas anuales, comparadas con las órdenes de un solo dígito antes de que los congresistas estadounidenses empezaran a hablar de esta ley, en 2003.
Junto con ellos, los grandes puertos modernos, la mayoría de ellos ubicados en Asia, se verán beneficiados con la entrada en vigencia de esta ley, ya que ganarían clientes si las terminales más pequeñas y antiguas tienen problemas para cumplir con los requerimientos estadounidenses.
De hecho, la Unión Europea encabeza la oposición a esta nueva ley de Estados Unidos, preocupada de que la falta de flexibilidad en muchos puertos europeos aumentará las ventajas de costo que ya tienen los exportadores asiáticos. Los puertos de Asia son más grandes, nuevos y más compactos que los europeos, por lo tanto, tendrán menos problemas para cumplir.
La Unión de Puertos de Europa también
desaprueba esta normativa. La semana pasada, Lászlo Kovács, Comisario Europeo de Aduanas e Impuestos, argumentó en su contra, ya que transfiere el peso de la seguridad de Estados Unidos a sus socios comerciales, trayendo consecuencias negativas para los puertos europeos.
Aunque las empresas privadas reconocen que esta medida irá en pro de la seguridad en el transporte marítimo, dicen que la revisión del 100% de los contenedores en los puertos de origen ocasionará una demora excesiva en el traslado de mercancías, y argumentan que esta inversión debiera hacerse según los niveles de riesgo.
El plan estadounidense
“Si un terrorista esconde un arma de destrucción masiva en un contenedor, hay que descubrirlo antes de que éste llegue a nuestras costas”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
En tanto, el representante Edgard Markey, sostuvo que los costos y la complicación que conlleva esta normativa son menores en comparación con los efectos de un ataque nuclear en un puerto estadounidense.
Por el momento, con la iniciativa de Seguridad de Contenedores, equipos de Aduanas y Protección de Fronteras registran las declaraciones de carga en unos 50 puertos de Estados Unidos, lo cual abarca más del 80% de la carga que se envía en contenedores a la principal economía mundial.
Los contenedores identificados como de alto riesgo, se someten a escáners de radiación, mientras que para el resto sólo se revisa su documentación. Quienes están en favor de que se escanee el 100%, sostiene que la revisión de las órdenes de despachos apenas implica echarle un vistazo a la descripción del contenido que entregan las compañías.
El departamento de Seguridad Territorial se ha fijado para este año la meta de inspeccionar prácticamente la totalidad de los contenedores que ingresen por mar.
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