Fuente: La Razón
Marta G. Hontoria
washington- La bahía de San Francisco se ha convertido en una «bañera sucia». Así describía ayer el diario «San Francisco Chronicle» las playas y muelles de su ciudad, que sufren el peor vertido de petróleo de las últimas dos décadas.
Este fin de semana, mientras continúan las labores de limpieza y el salvamento de las aves marinas, salían a la luz las primeras explicaciones de cómo sucedió el desastre natural. Las autoridades apuntan a que el accidente del buque mercante surcoreano responsable de derramar 1.350 barriles de petróleo se debió a un «error humano».
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles, cuando en medio de una espesa niebla, el mercante «Cosco Busan», un buque de 250 metros de eslora cargado de contenedores, se estrelló contra uno de los postes del Puente de la Bahía, la gigantesca estructura que une San Francisco con la ciudad vecina de Oakland. El choque produjo una brecha de 30 metros en el lado izquierdo de la proa del mercarte, que empezó a chorrear combustible al mar.
Las fuertes mareas que desde entonces han golpeado la costa han bañado de petróleo las playas a más de 32 kilómetros al norte de San Francisco, espesándose bajo el mítico Golden Bridge y creando un cinturón viscoso alrededor de la isla de Alcatraz. Parece imposible que, con los sistemas de navegación actuales, pueda un buque encallar contra uno de los puentes más importantes de California.
Problema de comunicación
El navío surcoreano estaba equipado con radar y navegaba conducido por un piloto veterano mientras salía del puerto. Las autoridades creen que pudo ser un problema de comunicación. Basan su hipótesis en el hecho insólito de que el buque colisionara con un objeto fijo. Es desde luego la primera vez que un buque transoceánico golpea el Puente de la Bahía.
El posible consumo excesivo de alcohol por parte de la tripulación ya ha sido descartado. «A bordo del barco había individuos experimentados, pero no llevaron a cabo su misión correctamente», ha explicado Craig Bone, responsable de la Guardia Costera en el estado. Las proporciones ecológicas de la tragedia son aún difíciles de calcular. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, ha declarado el estado de Emergencia para activar las ayudas federales. «Si hubo errores, se sacarán a la luz», aseguró el gobernador, que se lamentó del «daño tremendo que han sufrido animales y playas». Durante el fin de semana, los equipos de limpieza han duplicado sus efectivos. Unos 200.000 galones han sido extraídos de las aguas, pero el trabajo podría extenderse durante semanas, incluso meses. Los expertos dicen que la mayor parte del vertido nunca será recuperado, sino que con el tiempo acabará disolviéndose en el mar. Para la fauna marina, incluso los pequeños grumos de crudo pueden constituir una amenaza. Las agencias de protección de animales han encontrado ya a más de 60 aves muertas, y han rescatado a varios centenares más que han sido llevados a un centro de rehabilitación del condado de Solano.
Pese a este escenario ecológico sombrío, el derrame de San Francisco no puede compararse en tamaño con el del infame «Exxon Valdez», el peor que se recuerda en EE UU. El enorme buque «Exxon Valdez» encalló en el estrecho Prince William en Alaska en 1989 y derramó cerca de 41,6 millones de litros de petróleo crudo. El derrame esparció petróleo sobre más de 1.900 kilómetros de la costa, matando a miles de mamíferos marinos y a cientos de miles de aves. En comparación, el vertido de la bahía de San Francisco ha sido de 58.000 galones (unos 220.000 litros).
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