martes, 20 de noviembre de 2007

“Arcángel”, te extrañamos

Desde que se acabó la competencia del "El Arcángel", el servicio del consorcio Molina-Aviomar deja mucho que desear * Ahora que es el dueño absoluto del mercado, hace esperar de más a sus pasajeros y tiene precios muy elevados

Fuente: Por Esto!
Por Antonio Rea

COZUMEL, 18 de noviembre.- Una vez eliminada la competencia, el consorcio Molina-Aviomar vuelve a las andadas en cuanto a la prestación del servicio de carga, el cual, mientras compitieron con "El Arcángel" se daba casi cada hora y con impresionantes descuentos y actualmente han vuelto los horarios irregulares y el pago completo.

Ya que la naviera San Miguel, que trató sin éxito de abrir la competencia en el mercado del transporte de vehículos de carga desde y hacia la isla; salió del mercado, se acabaron las promociones.

Evidentemente, la actitud que asumió el consorcio Molina-Aviomar, (empresa que controla varias ramas enteras de la actividad económica de la isla), fue la de una competencia brutal y despiadada contra la empresa hoy en liquidación; estrategias que no necesariamente fueron las normales en un mercado de libre competencia, sino que incluyeron una serie de acciones demoledoras.

Una de estas fue la de acudir hasta el mismo secretario de Comunicaciones y Transportes, movilizar al director nacional de puertos y marina mercante e insertar en la prensa capitalina varias intrigas firmadas por conocidos columnistas, todo con tal de no permitir que se diera el servicio de cruce por turnos con la nueva empresa, sino que los dos barcos del consorcio salieran uno detrás del otro para que sólo le tocara al "Arcángel" aquella carga que se quedara en el puerto por falta de cupo, si es que quedaba algo.

En esos momentos, llegó a haber servicio de ferry prácticamente cada hora desde la madrugada y hasta las ocho de la noche desde la isla; y los dos barcos del consorcio daban una vuelta tras otra sin descanso.

Ahora, con la competencia eliminada, hay un promedio de cuatro cruces diarios y sólo uno de los barcos trabaja mientras el otro se la pasa atracado en el muelle Punta Langosta, también parte del consorcio, donde los empleados le dan mantenimiento industrial al barco en un muelle de cruceros con todo y el turismo circulando.

Se acabaron también las promociones que cruzaban el auto de uno hasta por 100 pesos viaje redondo que por "apoyar a la gente", caritativo ánimo que con la competencia eliminada se acabó y ahora, de nuevo cuesta 320 cruzar el carro más chico del mercado y hasta 5 mil 900 pesos por pasar un trailer de doble remolque.

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