jueves, 18 de octubre de 2007

Piden que el Estado apoye a los astilleros

Fuente: Transport & cargo

El sector busca extender sus áreas de trabajo. El titular de Río Santiago solicitó que la actividad tenga participación en las plataformas para la exploración de petróleo

Un rol activo del Estado en la reactivación de la industria naval. Ese fue el principal concepto del presidente del Astillero Río Santiago (ARS), Julio Urien, en la conferencia “Presente y Futuro de la Industria Naval Argentina” que tuvo lugar dentro del XII Seminario Internacional de Puertos, Vías Navegables, Transporte Multimodal y Comercio Exterior.

El directivo pidió que los astilleros tengan participación en la construcción no sólo de los buques sino también de las plataformas para la exploración de petróleo.

“Hay que ver qué rol tomará el Estado y qué participación tomará en materia tecnológica para la explotación de esas áreas”, deslizó Urien y añadió: "En un futuro muy cercano tendremos la misma superficie en la tierra que en el mar. No contar con industria naval en futuro es como no contar con fábricas de tractores o cosechadoras en el presente”.

“La Argentina debe tener lista una flota naval capaz de vigilar y atender a las demandas que traerá acarreada la redefinición de nuestra soberanía marítima, establecida por la Convención sobre el Derecho del Mar de la ONU, que implica la extensión de la frontera marítima de las actuales 200 millas a 350 millas y dará derechos soberanos sobre el lecho y el subsuelo y los elementos permanentemente ligados al fondo del mar", aseguró.

A su vez, recalcó que es necesario una flota que “atienda las posibles disputas bilaterales, y que pueda velar por el petróleo u otros recursos minerales que fortalecerán nuestras economías. A corto plazo confirmaremos que en nuestra plataforma continental existen reservas cruciales para el mundo”.

El titular del Astillero Río Santiago lamentó que en el país, “salvo en el Astillero Río Santiago, la industria naval es una industria de reparación naval. En el mejor de los casos, la construcción de barcazas no garantiza la menor soberanía”, dijo Urien.

“En este marco, el Astillero Río Santiago, una de las empresas navales más grande de América latina, debe ser la cabecera del desarrollo de la industria naval nacional”, señaló y añadió que “para nuestro país, pasar a las 350 millas implica una ampliación en superficie: la Argentina podría llegar a crecer 1.400.000 kilómetros cuadrados. Hoy, nuestro territorio total, entre continente y mar, es de 2.780.092 kilómetros cuadrados.”

Freno a los piratas

El ejecutivo destacó que “es una oportunidad para que los argentinos tomemos conciencia de nuestros derechos en el mar La industria naval es un producto industrial de alto valor agregado que puede exportar la Argentina y que tiene una demanda internacional sostenida en la próxima década. Sin industria naval es imposible frenar la piratería sobre nuestro mar y explotar los recursos por vía nacionales”.

A su vez, expresó que entre los recursos que habría en el fondo marítimo argentino se contarían nódulos de manganeso, petróleo y gas congelado.

La Convención sobre el Derecho del Mar en las Naciones Unidas nació en 1982 con el objetivo de ampliar las responsabilidades en el cuidado tanto del medio ambiente como del tránsito marítimo internacional.

Acuerdo con ADMIRA

La Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) y el Astillero Río Santiago (ARS) firmaron un acuerdo marco de cooperación y complementación que tiene como objetivo colaborar en el desarrollo y crecimiento de la industria en general y de la industrial naval en particular.

El documento rubricado por el presidente y el secretario general de ADIMRA, Sergio Vacca y Gerardo Venutolo, respectivamente, y el titular de ARS, Julio César Urien, establece que las partes brindarán toda su capacidad para generar actividades conjuntas de ingeniería, investigación, fabricación y montaje vinculados a la industria naval. También se comprometen a desarrollar acciones de capacitación técnica tendientes a asegurar la calidad de los productos que se adquieran, produzcan y/o procesen.

Otros de los puntos es que trabajos que se pacten como resultado del cumplimiento del acuerdo se plasmarán en contratos específicos entre el ARS y las empresas metalúrgicas involucradas en el hecho productivo o comercial.

Ambas entidades consideraron que el acuerdo “es una herramienta adecuada para la complementación y de defensa de las fuentes de trabajo y producción existentes, como así también en procura de la ampliación de los horizontes productivos de cada uno de los representados”.

Los ejecutivos coincidieron en que el convenio, y los que puedan firmarse en el futuro, “son instrumentos idóneos para lograr el desarrollo de bienes y servicios competitivos, la cooperación en el campo de la capacitación de los recursos humanos y la colaboración en el ámbito de la industrialización y el intercambio tecnológico”.

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