Los tres marineros filipinos del buque "Guajira" abandonados a su suerte por el armador en el puerto desde hace casi once meses podrán ser repatriados el próximo día 29 gracias al esfuerzo del Apostolado del Mar y la generosidad de la Asociación de Filipinos en Tenerife.
Fuente: El Día
J.D.M., S/C de Tenerife
Henry, Leonard y Edgardo, los tres marineros filipinos del buque "Guajira" que fueron abandonados a su suerte por el armador en el Puerto de Santa Cruz hace casi once meses podrán volver a ver a sus familias muy pronto. El esfuerzo del Apostolado del Mar y la solidaridad de la Asociación de Filipinos de Tenerife lo han hecho posible y el próximo día 29 serán repatriado a su país.
Su historia fue contada por EL DÍA el pasado 9 de septiembre y refiere una pesadilla que ahora tiene un final feliz después de que este colectivo de compatriotas se haya volcado con los protagonistas de esta odisea y haya reunido el dinero necesario para adquirir los billetes con los que volarán a Manila el próximo lunes.
El juicio contra su armador canario aún no ha salido, por lo que todavía no cobrarán, pero la Asociación de Consignatarias va a contribuir con el fondo de solidaridad que el Apostolado del Mar ha propuesto para casos similares y eso permitirá que dispongan de algún dinero para llevar a casa, ya que llevan más de un año sin cobrar.
El próximo día 30 de noviembre estos colectivos van a organizar conjuntamente una cena-bufett de solidaridad con los marinos abandonados.
El "Guajira" llegó al Puerto de Santa Cruz en noviembre de 2006 para descargar arena y seguir ruta en cuatro o cinco días, pero la Capitanía Marítima, advertida por la "policía internacional del mar" de las numerosas irregularidades del carguero no dejó ya partir al barco y el armador prácticamente abandonó a su suerte a los ocho tripulantes. Las circunstancias redujeron la nómina inicial a los tres que han vivido de la caridad del Stella Maris, el Apostolado del Mar, y de la ayuda de la ITF, siglas en inglés del sindicato de sindicatos de la Marina mercante, la Federación Internacional del Transporte. Henry, Leonard y Edgardo se han mantenido muy unidos todo este tiempo. Incluso, el armador intentó negociar con ellos por separado pero han seguido firmes en la idea con dos objetivos claros: "Repatriación y pago de nuestros salarios". Al menos lo primero está ya conseguido.
Hay casos similares en Huelva o en Santander y muy cerca de aquí, en Las Palmas, se habla de decenas de buques con unos problemas que exigen solidaridad institucional y social.
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