Hasta que alguien trato el tema a fondo y la verdad de las causas........ya era justo......
Noé Cruz Serrano
Fuente: El Universal
noe.cruz.eluniversal.com.mx
En el accidente ocurrido en la plataforma de perforación Usumacinta, en la sonda de Campeche del golfo de México, donde fue golpeado el árbol de válvulas del pozo Kab-101 y por lo cual murieron 21 trabajadores, la empresa Perforadora Central, propietaria de esa instalación, omitió la norma de seguridad impuesta por Pemex a sus contratistas.
De acuerdo con el Comité de Normalización de Pemex y Organismos Subsidiarios, y la Norma NRF-037-Pemex-2007, en el capítulo Sistema de evacuación, rescate y escape, se señala que: “al planear cualquier operación en las plataformas... deben considerarse las condiciones meteorológicas previsibles y... no debe iniciarse ninguna operación en caso de que no sean favorables a la seguridad o puedan tornarse desfavorables con facilidad”.
Sin embargo y a pesar del mal tiempo, la empresa, propiedad de Patricio Álvarez Murphy, decidió continuar con los trabajos de acoplamiento de la plataforma y el pozo.
Perforadora Central habría incumplido la norma de seguridad que ella misma con Pemex Exploración y Producción, Compañía Perforadora México, GOIMAR, Mexdrill Offshore, Nabors Perforaciones de México —filial de Perforadora Central—, Noble México Limited, Perforaciones Marítimas Mexicanas y TODCO México, ayudaron a elaborar en mayo de 2007.
EL UNIVERSAL buscó a Álvarez Murphy en sus oficinas de Montes Urales, en Lomas de Chapultepec, pero no fu posible contactarlo.
La citada norma explica que debido a la ubicación geográfica de las instalaciones petroleras, costa fuera, éstas deben estar diseñadas y equipadas con dispositivos de seguridad y salvamento que prevengan y salvaguarden al personal que las tripulan, así como contar con planes de emergencia, planos de ubicación de los equipos de salvamento e implementar el continuo adiestramiento para el caso de que ocurra alguna contingencia.
Deben proporcionar equipo
Establece también que es responsabilidad del proveedor proporcionar el equipo de salvamento, que consiste fundamentalmente en: dos botes de salvamento cerrados —las llamadas mandarinas por su color y forma—, autopropulsados para mínimo 50 personas cada uno, con sistema de comunicación operando, provisto de equipo de supervivencia para islas artificiales o plataformas fijas; cuatro balsas inflables con capacidad para 25 personas cada una, con pescante de acuerdo al reglamento internacional vigente; se requiere contar abordo con chalecos salvavidas que incluyan silbato de alta frecuencia reflejante y luz de rescate hidrolítica con batería de litio, que al contacto con el agua emita un haz de luz de destello brillante y visible a mil 609 km (1 milla) de distancia como mínimo, con duración de ocho horas de uso continuo.
Pero de acuerdo al saldo que arrojó el incidente, estos equipos y medidas no fueron suficientes o fallaron.
Perforadora Central, que ha obtenido 12 contratos de arrendamiento de plataformas —vía licitaciones— con Pemex entre 2002 y 2006, con un valor de mil 274 millones de pesos, más 9 contratos adjudicados directamente, sin licitación alguna, con un valor de 349 millones de pesos, no es la primera vez que está involucrada en escándalos de esta naturaleza.
En mayo de 2001, la firma Submersible Systems demando ante la Corte de Apelación del Quinto Circuito de Estados Unidos a Perforadora Central, por incumplimiento de contrato, lo que le costo a la empresa de Álvarez Murphy un pago por daños por 4.2 millones de dólares.
En octubre de 2005, Perforadora Central fue acusada de crear un clima de “extrema explotación a obreros”.
En aquel entonces, el Senado aprobó un punto de acuerdo para que el entonces secretario del Trabajo interviniera, para que la empresa contratista cumpliera cabalmente sus obligaciones con los trabajadores.
Documentaron que Perforadora Central firma contratos en blanco, mismos que son llenados por el patrón sin que a los trabajadores se les proporcione copia; los obliga a afiliarse a sindicatos inexistentes; a laborar forzosa y gratuitamente en sus periodos de descanso; y no paga tiempo extra, pese a que las jornadas son de 12 horas diarias en las plataformas.
Incluso, la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte acuso a esta y otras empresas contratistas de Pemex, de prácticas ilegales como “proliferación de agentes empleadores con tintes de explotación laboral, pago de salarios bajos y a destiempo, represión y acoso”.
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