Fuente: Revista Contralinea
Nancy Flores
Involucrada en una supuesta red de tráfico de influencias, Arrendadora Ocean Mexicana –empresa presidida por el ex coordinador de asesores de Ramírez Corzo, Antonio Juan Marcos Issa– es responsable de quebrantar las finanzas de Pemex Refinación por al menos 66.2 millones de pesos, señala la Auditoría Superior de la Federación.
Detrás de las contrataciones de los buques tanque Torm Asia y Akrotiri, que involucran más de 100 millones de pesos, se ocultan complicidades y prácticas indebidas para favorecer a Arrendadora Ocean Mexicana, atribuibles a altos funcionarios de Pemex Refinación, revela la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Entre las irregularidades descubiertas están la desestimación de la mejor oferta y la posterior declaración de convocatorias desiertas, acciones que sirvieron de justificación a los servidores públicos para adjudicar en forma directa el arrendamiento.
Integrante del Grupo Blue Marine Technology -presidido por Antonio Juan Marcos Issa, quien fuera coordinador de asesores del ex director de Petróleos Mexicanos, Luis Ramírez Corzo-, Arrendadora Ocean Mexicana está relacionada con una supuesta red de tráfico de influencias.
Según trabajadores de la paraestatal petrolera, en dicha mafia también participa Oceanografía, empresa investigada en la Cámara de Diputados por su relación con los hermanos Bribiesca Sahagún.
La contratación
La Auditoría Superior de la Federación revela que, para favorecer a Arrendadora Ocean Mexicana, Pemex Refinación desechó la oferta más económica, en perjuicio de la paraestatal.
Y es que, de acuerdo con el Informe de la revisión y fiscalización de la Cuenta Pública 2005, PMI Trading Ltd. presentó la cotización más baja. Esta última es una de las 17 empresas que Petróleos Mexicanos opera al margen de la ley y que figura como filial de la paraestatal (Contralínea 27 y 28).
La ASF indica que las adjudicaciones de los contratos 4500155808 y 4500171600 -del buque Torm Asia, por un total de 75 millones 72 mil pesos- y 4500176478 -del buque Akrotiri, por 24 millones 742 mil pesos- no fueron fundadas ni motivadas bajo las mejores condiciones para el Estado: economía, imparcialidad y honradez.
Y es que Pemex Refinación, entonces dirigida por el senador Juan Bueno Torio, omitió aclarar documentalmente la adjudicación de dichos contratos a un precio de 38 mil 500 dólares por día, sin considerar la cotización de PMI Trading Ltd. Esta última cotizó el mismo servicio a 15 mil dólares diarios, es decir, 23 mil 500 dólares menos.
La Auditoría observa que la filial petrolera otorgó las contrataciones a las ofertas más altas, en beneficio de Arrendadora Ocean Mexicana. Por ello, al 31 de diciembre de 2005 y respecto de la propuesta más baja, Pemex Refinación pagó 66 millones 275 mil pesos en exceso por dichos contratos.
El máximo órgano de fiscalización dice que estas prácticas se dan en incumplimiento de lo establecido en los artículos 134 de la Constitución, y 40 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público.
El millonario sobrecosto causó daños al erario público, acusa la Auditoría Superior. Además, señala que en caso de que los 66 millones de pesos no sean resarcidos a la Tesorería de la Federación, se extenderá el respectivo pliego de observaciones en contra de los funcionarios.
Mejor oferta
Sobre la mejor oferta, el informe indica que Pemex Refinación contaba con evidencias documentales que acreditan a PMI Trading Ltd. como una filial de Pemex con prestigio internacional en los servicios de arrendamiento y contratación de buques tanque.
Los informes descubren que dicha dependencia ofrece los mejores precios del mercado, según reconoce la firma internacional Mallory Jones Lynch Flyn and Associates. Esta aseveración sirvió como elemento de justificación para evaluar los costos, antes de asignar los contratos a Arrendadora Ocean Mexicana.
El máximo órgano de la Federación añade que el buque tanque Libra, cotizado por PMI Trading, ya había sido contratado por Pemex Refinación; “no obstante, la adjudicación no se llevó a cabo de acuerdo con lo estipulado en el numeral cuatro del dictamen de justificación de las razones para ejercer la opción de excepción a la licitación pública”.
Dicho dictamen establecía que la adjudicación sería a favor del proveedor cuya propuesta ofreciera el mayor beneficio neto para Pemex Refinación, en cuanto al costo por barriles transportados. Situación que no ocurrió.
A pesar de que el informe de la ASF apunta que PMI Trading Ltd. era la mejor opción y que además se trata de una filial de la paraestatal más importante de México, omite señalar las irregularidades que detectó en cuentas pasadas (2002, 2003 y 2004).
Entre las anomalías, que aún no son corregidas por Pemex, destaca que 17 empresas de su propiedad no son incluidas en la Relación de Entidades Paraestatales de la Administración Pública Federal, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por lo que no pueden ser fiscalizadas.
La mafia petrolera
Trabajadores y ex trabajadores de Pemex aseguran que uno de los capítulos más oscuros de la paraestatal petrolera y sus filiales es la contratación de embarcaciones, e identifican como una mafia a la relación entre Antonio Juan Marcos, alias “El Ciego”; su yerno Juan Reynoso Durand y el hermano de éste, Alfredo, con Amado Omar Yáñez Osuna, presidente de la empresa Oceanografía y sujeto a investigación en el Congreso.
Las fuentes revelan que la presunta red de traficantes de influencia opera desde la administración de Carlos Salinas de Gortari, y que en forma irregular y por intermediación de las empresas Subtec, Arrendadora Ocean y Blue Marin –propiedad de los tres primeros–, así como de Oceanografía –de Yañez Osuna, vinculado a la familia Bribiesca Sahún–, los empresarios han conseguido millonarios contratos para sí o para terceros.
Según los informantes, en complicidad con funcionarios de Pemex y a cambio de importantes comisiones –que van desde el 20 hasta el 40 por ciento del monto de los contratos–, los empresarios se agencian licitaciones de obras y de adquisición de bienes y servicios por cientos de millones de dólares. En su mayor parte, aseguran los funcionarios consultados, son contrataciones fuera de presupuesto.
Antonio Juan Marcos, quien durante el sexenio de Ernesto Zedillo se desempeñó como coordinador de asesores del entonces director general de Pemex, Rogelio Montemayor Seguy, ahora bajo proceso penal por el desvío de recursos públicos de la petrolera a la campaña presidencial del priísta Francisco Labastida Ochoa, es identificado como el líder del grupo de cabilderos.
La influencia de Juan Marcos no es menor: el presidente del Grupo Blue Marine también fue asesor de los ex directores de la Pemex, Raúl Muñoz Leos y Luis Ramírez Corzo, principalmente porque les garantizaba cuantiosos beneficios.
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