martes, 12 de junio de 2007

Panamá aspira a convertirse en el singapur de América

Fuente: El Diario
Ana Fernández
AFP


Panama— La ampliación del Canal de Panamá para el próximo año es el motor del frenesí económico que vive este pequeño país de 3 millones de habitantes, de ellos 38% en la pobreza, que aspira a convertirse en el Singapur americano.

Con inversiones estimadas en 35 mil millones de dólares para proyectos como refinerías, relleno y saneamiento de la Bahía de la capital, incluidos los 5 mil 250 millones de la ampliación del Canal, Panamá aspira a convertirse en plataforma logística marítima, aérea y energética de la región.

La iniciativa incluye la construcción de decenas de rascacielos, dos refinerías, varios puertos, centros turísticos, que se suman a la instalación del centro regional de Naciones Unidas.

El país ofrece la Zona Libre de Colón, donde ya operan 2.000 empresas, una excelente conectividad aérea con toda la región y tecnológica, pues por él pasan cinco redes de fibra óptica internacionales.

"El mundo ha descubierto Panamá", dice a la AFP el ex ministro de Planificación y presidente de la asesoría económica Indesa, Guillermo Chapman.

El exitoso manejo del Canal desde que fue devuelto por los estadounidenses en 1999, la ampliación de la vía interoceánica acordada en referéndum el pasado octubre y la "revolución" del sistema del transporte mundial con los contenedores son algunas de las causas de este vertiginoso cambio.

A ello hay que sumar la estabilidad monetaria de una economía dolarizada, la baja inflación, el crecimiento del PIB previsto en un 6,5% para este año y un sistema bancario eficiente.

La seguridad, el buen clima y la belleza del país son otros acicates para atraer otro tipo de inversiones: las de jubilados estadounidenses y europeos con alto poder adquisitivo que traerán consigo la instalación de múltiples servicios ligados a la salud, el ocio y el bienestar.

Panamá espera también la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos por el Congreso de ese país.

Más barata que Miami, Panamá es el nuevo refugio de ricos venezolanos, colombianos y ecuatorianos, que llegan por decenas diariamente para poner a buen recaudo sus capitales de las veleidades de sus gobiernos.

"Se puede hacer de todo, se necesita de todo", dice el responsable de servicios al inversionista del ministerio de Comercio e Industria, Guillermo Viloria, quien asegura a la AFP que por su modesta oficina desfilan decenas de hombres de negocios de todo el mundo en busca de oportunidades.

¿Panamá está destinado a convertirse en el Singapur americano? "Para ello hay que hacer una revolución en educación", dice Chapman, y ésta conduciría a una "confrontación política interna muy importante".

"Sin un nivel de educación adecuado y sin transferencia de tecnología a otras actividades, en particular a la agropecuaria, es difícil esperar que vayan a subir los ingresos en el país", advierte.

La empresa Singapour Technical Aerospace -una de las líderes mundiales en mantenimiento y reparación de aviones- necesita unos mil mecánicos especializados para su filial ubicada en la antigua base militar estadounidense de Howard, que aspira a convertirse en un polo de alta tecnología.

Con un 38% de la población en la pobreza, el motor del desarrollo del país se centra en el eje Panamá Ciudad-Colón, los dos extremos del Canal por el que transita casi el 5% del comercio mundial.

La renta per cápita de un empleado del canal es de 36 mil dólares, frente a los 5 mil en el resto de los sectores productivos, dice Chapman. Y el salario mínimo, de 85 dólares, no da para comprar la canasta básica que supera los 200.

La explosión inversionista esconde otros problemas que exigen rápida solución, como la deficiente calidad de las infraestructuras, el peligro de una crisis energética o los altos precios del transporte de carga, advierten los expertos.

El país sigue en la lista de paraísos fiscales de la OCDE, acusado de ser una lavandería de dinero de dudosa procedencia, y Estados Unidos sigue criticando las deficiencias de su sistema judicial.

La capital, que vive un caos circulatorio, estudia un programa de transporte colectivo como los de Curitiba (Brasil) o Colombia (Bogotá) mientras que la sanidad pública trata de sobreponerse al impacto que ha causado los más de 100 muertos en los últimos meses por ingerir medicamentos elaborados por la Caja del Seguro Social con un químico tóxico.

"Esta idea de que Panamá está próxima a entrar en el primer mundo es una tontería", remató Chapman.

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