Fuente: Félix Rivera/Cambio de Michoacán
No es por falta de recursos económicos, sino por culpa de la Administración Portuaria Integral de Lázaro Cárdenas (Apilac) que no se construirá, por lo menos este año, la terminal o muelle pesquero que detonaría la pesca de altura y daría empleo a cientos o miles de familias, señaló Casto García Serna, presidente del sector pesquero de este lugar.
Entrevistado luego de hacer un recorrido a bordo de su lancha para localizar un ballenato que el mar arrojó ya muerto entre los límites de las instalaciones de los patios de la empresa Carbonser y la desembocadura del brazo izquierdo del Río Balsas, dijo que era un fuerte golpe a las esperanzas no sólo de los pescadores de este puerto, sino de todo el litoral michoacano y para los de Zihuatanejo, Guerrero, el que se haya cancelado este proyecto.
A ellos, apuntó, la directora de la Comisión de Pesca de Michoacán no les ha informado nada de manera oficial, sino que se han enterado de su cancelación a través de declaraciones que la funcionaria ha hecho a los medios de comunicación.
El proyecto, comentó, es bastante redituable, pues ya se tenía a una empresa de inversionistas japoneses y coreanos denominada San Benedicto, que es la que está acaparando todo el atún que se pesca en el Golfo de Baja California, y que aquí, de acuerdo con los estudios que se habían hecho, si sólo trabajaban 100 de los 500 socios de las diez cooperativas que existen en este puerto, sin contar las del resto del estado y las de Zihuatanejo, se iban a obtener unas 100 toneladas diarias de atún clasificado, el cual lo están pagando entre cuatro y seis dólares por libra.
En ese sentido, dijo que se han venido abajo las ilusiones que tenían los pescadores y sus familias, porque la construcción del muelle o terminal pesquera iba a traer consigo infinidad de empleos para mucha gente, pero expresó que insistirán ante los gobiernos estatal y federal para que se eche a andar este proyecto, al que se opone la Administración Portuaria, aseguró, «porque piensan los de la API que con las lanchas o barcos pesqueros nosotros podemos provocar algún daño o problema a los grandes buques cargueros, pero eso es mentira, pues en Veracruz o Manzanillo, con canales de acceso más angostos que el de Lázaro Cárdenas, existen más maniobras de pescadores que de cargueros y no ha pasado nada», afirmó García Serna.
Comentó que la empresa San Benedicto ya tenía listos los convenios con los pescadores ribereños para aportarles a manera de renta 20 barcos pesqueros con capacidad de 100 toneladas de almacenamiento, como mínimo, para que las autoridades correspondiente no pusieran ninguna objeción en otorgar los permisos para la captura de atún, que es la especie que se iba a explotar, porque está científicamente comprobado que en el litoral michoacano es donde existen los mayores bancos de esa especie.
Además, insistió, su captura iba a ser a través de «varas» o «palangres», para evitar matar otras especies como tortugas, delfines, barriletes, mantarrayas o ballenatos como el que arrojó ayer el mar ya muerto y que Casto García Serna dice que esa muerte pudo haber sido provocada por miembros de algún barco atunero que se acerca a este litoral a capturar especies con distintas artes de pesca y que no les importa matar otras especies con tal de llevarse cientos de toneladas de atún de esta región.
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