Empresa
Alberto Barranco
Leyenda negra
Una pregunta recorre los añejos pasillos del ala norte del Palacio Nacional: ¿Se cerrará con la muerte de Sergio Bolaños Quesada el expediente abierto contra el ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, por una supuesta cancelación de adeudos fiscales al ex magnate?
El asunto remite al llamado "quinazo", es decir la aprehensión del ex líder moral del sindicato minero Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina , en cuya carambola se legitimó al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, ungido en la sospecha de fraude electoral.
El golpe alcanzó al empresario del que se dice todo lo tuvo y todo lo perdió, acusándolo de prestanombres del sindicato en la feria del reparto de contratos de transporte naviero de Petróleos Mexicanos, cuya rebanada mayor del pastel era para el sindicato. por contrato colectivo.
La leyenda negra hablaba de que Bolaños era propietario de la flota marítima de carga más poderosa del mundo, vamos le hacía los mandados el griego Aristóteles Onasis.
La acusación contra Bolaños era simple: defraudación fiscal. frente a la cual se le abrieron 14 procesos, de los cuales sólo perdió dos.
El caso es que según la denuncia enderezada contra Gil Díaz, entonces subsecretario de Ingresos de Hacienda, y contra el fallecido ex procurador fiscal, Roberto Hoyo D´Adonna, entre la restitución del daño al erario público que le permitió salir de la cárcel a Bolaños, hubo daciones en pago cuyo valor se había inflado en los avalúos, por más que se hablaba de un sin número de propiedades en Europa, entre ellas castillos en Francia, Irlanda y Escocia.
De hecho la Secretaría de Hacienda se vanagloriaba de haber dejado en la calle al magnate, al que por cierto desde la cárcel Hernández Galicia acusaba de traidor.
El caso es que un lustro después de su incursión a presidio, Bolaños reapareció en escena con tres proyectos inauditos: la construcción de una colosal torre ("Águila" se le bautizó a la maqueta) en Paseo de la Reforma, justo frente al Ángel de la Independencia, y dos más en la zona de Santa Fe, que apenas apuntaba a la exclusividad. Los tres rascacielos tendrían etiqueta de "inteligentes", con la novedad de combinar comercios, oficinas, salas de cine, y zonas habitacionales.
La inversión, poca cosa: Seis mil 500 millones de pesos, que según el constructor estaban garantizados con líneas de crédito otorgadas por 13 bancos extranjeros.
Y el escándalo estalló: ¿No que habían secado al ex rey del transporte marítimo en México? Y regresaron las versiones sobre las supuestas excentricidades del magnate.
Que compró de agencia un exclusivísimo Cadillac pintado de rosa pálido. para armonizar con el vestido que estrenaría su esposa en turno el día de su cumpleaños. Que compró el exclusivo Colegio Hamilton de la Lomas de Chapultepec en desplante por negarse a inscribir a sus hijos.
El caso es que la torre "Águila" y anexas se quedó en sueño. y Bolaños regresó al anonimato durante otro sexenio.
Con la llegada del foxista, empero, surgiría un apuesta más: la resurrección de una de las empresas de mayor tradición en México: Bufete Industrial, vía la cesión de un contrato multimillonario para construir, en Altamira, Tamaulipas, un gran complejo petroquímico privado, el mayor, se decía, de América Latina.
La empresa de José Mendoza Fernández se adquirió en un precio simbólico: mil pesos. con el compromiso, naturalmente, de hacer frente a sus onerosos pasivos.
Lo cierto es que el proyecto, al que se integraría Eduardo Legorreta Chauvet, conocido como El Bayo, nunca pasó del escritorio, según ello ante la mezquindad de los funcionarios de Pemex por garantizar el suministro de materias primas, dados los compromisos para levantar el complejo al que se bautizaría como El Fénix. que tampoco se realizó.
Bufete Industrial, pues, languideció de anemia entre incautaciones de bienes para cobrar "a lo chino" cuotas caídas al Seguro Social; remates de muebles, obras de arte y hasta vidrios de las ventanas, en un escenario en que cinco años después algunos trabajadores mendigan aún su indemnización.
Ahora que el secreto de Bolaños, a quien se apresaría nuevamente hace un año acusado otra vez de defraudación fiscal, ésta por omisión de pagos del Colegio Hamilton, saliendo tras el pago de una fianza de 800 mil pesos.
Los contratos de la paraestatal se ganaban al fragor de una mesa de dominó. y un telefonazo conminatorio del anfitrión, ya que el presidente Adolfo López Mateos, como Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y en el último tramo de gloria, José López Portillo.
Con Miguel de la Madrid no hubo química. Y como Carlos Salinas de Gortari estaba cierto que el financiamiento para la edición de un libro que relataba un episodio negro de su niñez, bajo el título de "¿Un asesino en Palacio?", había salido del bolsillo de La Quina.
Lo curioso del caso es que hace apenas unos meses el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes Públicos (SAE) logró vender en 130 millones de pesos una parte de las daciones en pago de Sergio Bolaños tras el quinazo: el panteón conocido como Valle de Paz, ubicado en el municipio mexiquense de Atizapán de Zaragoza.
Y lo curioso del caso es que al ex magnate naviero, cuyo último matrimonio lo efectuó con una niña de 15 años, nunca se le fincaron responsabilidades por la quiebra de Bufete Industrial.
Leyenda negra.
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